Hubo un tiempo en que el peso pesado irlandés en ascenso
Thomas Carty se preguntó si volvería a subirse a un ring.
Su soñada presentación del Día de San Patricio en el Madison Square Garden Theater de Nueva York, en marzo, duró apenas 5 minutos y 9 segundos antes de transformarse, de manera instantánea, en una pesadilla.
Pero no fue un nocaut fulminante ni una lección técnica a manos de un rival muy superior. En muchos sentidos, fue algo peor. Cuando el segundo asalto entraba en su último minuto, Carty y su oponente Dajuan Calloway se encontraron en el centro del ring y el zurdo irlandés tropezó y cayó al suelo.
Se levantó, pero algo estaba seriamente mal. Que lograra llegar al final del asalto antes de que lo retiraran demuestra que no comprendió en ese momento la gravedad de una lesión que, en apariencia, parecía inofensiva.
“No sabía exactamente qué me había hecho, pero sí sabía que la rodilla se me había ido”, cuenta Carty a
The Ring. “Y desde luego no pensé que fuera tan grave.”
“Después de la pelea regresé a Irlanda el martes, me hice la resonancia el miércoles y recibí los resultados el viernes. No fue hasta cinco días después que supe que me había roto el ligamento cruzado anterior (LCA).
“Fue como recibir otro golpe más. Fue devastador dos veces en una semana: una en el MSG y otra cuando me dijeron el alcance de la lesión.
“Mucha gente en mi posición nunca soñaría con llegar al Madison. Había un gran entusiasmo en mi barrio, y casi 300 personas fueron solo para apoyarme. Así que fue muy duro de asimilar aquella noche, y más aún al conocer después el diagnóstico.”
Ahora, casi ocho meses después de aquella noche, Carty habla como un hombre que confía en haber superado lo peor tras un exhaustivo programa de rehabilitación. Sorprendentemente, dada la gravedad de la lesión, espera volver al ring antes de que acabe el año, lo que representaría una recuperación asombrosa, considerando que en algún momento temió tener que retirarse.
“Intenté mantenerme lo más positivo posible”, recuerda. “Pero me sentí muy deprimido, buscando toda la información que podía sobre la lesión y viendo lo grave que podía llegar a ser.
“Me encantaría decir ahora que nunca pensé en retirarme, pero no sería cierto. Hubo un momento en que me puse a reflexionar profundamente, incluso estuve a punto de buscar trabajo fuera del boxeo.
“Pero luego conocí a mi cirujano, gracias a Dios, Ray Moran, uno de los mejores del mundo. Tuve una cita con él, y me devolvió algo de fe. Y gracias a eso, porque fue una semana terrible, temiendo lo peor.
“La verdad es que nadie tenía mucha experiencia con boxeadores profesionales y este tipo de lesión. Así que también era terreno desconocido para ellos.”
Pero, en muchos sentidos, la carrera de Carty siempre ha sido una aventura hacia lo desconocido. Originario de Phibsborough, en el norte de Dublín, su pasión inicial era el fútbol gaélico, hasta que probó suerte con el boxeo a mediados de su adolescencia.
Debido a la escasez de zurdos en el circuito de sparrings, ha tenido la oportunidad de pulir su estilo entrenando regularmente con figuras como
Anthony Joshua y
Tyson Fury, ambos en preparación para enfrentarse a uno de los grandes zurdos de la historia:
Oleksandr Usyk.
Fiel a su carácter, Carty también adoptó una actitud audaz desde el comienzo de su rehabilitación.
“Fui ingenuo hasta el exceso, probablemente”, admite. “Pensé: estaré bien. Dicen que lleva un año volver, pero yo estaré de vuelta en seis meses. Pensaba que otros deportes eran más ‘suaves’ que el boxeo.
“Oyes historias de gente que sale caminando del quirófano, pero no fue mi caso. Estuve en muletas unas cuatro semanas, y bastante dependiente de ellas. Todo fue muy lento al principio, pero poco a poco empecé a avanzar.
“Trabajé muy bien con mi fisioterapeuta, y cuando digo que hice todo lo posible, lo digo literalmente. No me salté ni una sesión ni una sola repetición. Siempre lo daba todo, y eso me ha permitido regresar más fuerte que nunca.”
Aun así, es inevitable pensar en el riesgo que implica el boxeo —con tanto movimiento lateral y cambio de peso— y la posibilidad de que su rodilla vuelva a resentirse.
“Creo que inconscientemente te preocupa, pero no puedes hacer nada”, responde. “He hecho absolutamente todo lo que estaba a mi alcance para evitarlo. Así que, pase lo que pase, ya está hecho. Si vuelve a lesionarse, se lesiona, pero no lo hará.”
Una vez recuperó la movilidad, no tardó en regresar con sus compañeros al Celtic Warrior Gym de Pascal Collins.
“Probablemente un poco demasiado pronto, la verdad”, admite Carty.
“Recuerdo mis primeros sparrings, unos cuatro meses después de la operación. Me quedaba quieto, dejando que me golpearan, solo para volver a sentir lo que era recibir un golpe. Había sido un camino largo y necesitaba esa sensación.”
El camino aún no ha terminado del todo, pero Carty (10-1, 9 KOs) siente que está a punto de alcanzar el punto de inflexión de su recuperación.
A sus 30 años, ha eliminado por completo las carreras de su rutina, prefiriendo entrenamientos de ‘off-feet’ (sin impacto sobre las piernas), y ahora está muy cerca de regresar al cuadrilátero.
Se entiende que existe la posibilidad de que ocupe un lugar en la cartelera de Queensberry Promotions del 13 de diciembre, encabezada por
la trilogía entre Derek Chisora y Dillian Whyte, aunque aún no hay confirmación oficial.
De cualquier forma, Carty espera cerrar su año de altibajos con una victoria y preparar un regreso catártico al Big Apple en 2026.
“Solo quiero volver, cerrar este capítulo y luego ir con todo el próximo año”, afirma. “Sé que la misma cartelera del Día de San Patricio se repetirá en el mismo lugar, y me encantaría pelear allí.
“Sería mi oportunidad de corregir aquel error y dejarlo todo atrás.”