Ha recorrido el camino de contendiente élite y de campeón legítimo. Pero tras algunos tropiezos, el mundo del boxeo estuvo listo para dar por terminado el capítulo de Richard Commey.
El excampeón, sin embargo, aún no ha dicho su última palabra.
Commey está en busca de una pelea, pero no piensa subir al ring con cualquiera. Sin pelear oficialmente desde 2023, considera que se ha ganado el derecho de enfrentar a un nombre de peso.
Y uno de ellos es
Keyshawn Davis.
Hasta el 7 de junio, todo indicaba que Davis defendería sin problemas su título ligero de la OMB. El invicto parecía en la cima del mundo, ilusionado con su regreso triunfal a casa en Norfolk, Virginia. Sus fanáticos también lo esperaban con ansias.
Pero ya todos sabemos lo que pasó.
Davis (13-0, 9 KOs) no dio el peso por 4.3 libras, perdió su cinturón en la báscula y su lugar estelar en la cartelera. Su justificación no convenció del todo, pero fue comprensible: siempre ha sido grande para la categoría. Así que, en lugar de seguir sacrificándose, subió de división.
Ese salto a las 140 libras podría ser música para los oídos de Commey. Aunque su nivel actual no es el de antes, él está convencido de que puede competir con alguien como Davis.
“Si llego en mi mejor forma, va a pasarla mal esa noche”, dijo Commey a The Ring con una sonrisa de oreja a oreja.
Un duelo con Davis parece poco probable. Commey (30-5-1, 27 KOs) no se engaña: solo ha ganado una pelea desde 2019 y lleva seis años sin portar una corona mundial.
El primer paso para volver a poner su nombre en circulación es sencillo: volver a pelear. Aunque no hay nada confirmado aún, espera sumar varias presentaciones en los próximos meses.
“Estoy listo”, afirmó. “Ya bajé de peso, estoy en forma, estoy listo. Sé que tal vez no sea muy realista, pero me encantaría tener dos o tres peleas este año”.