NUEVA YORK — Las dos primeras victorias de
Katie Taylor sobre
Amanda Serrano encendieron el mundo del boxeo y dejaron emociones para el recuerdo. Pero fue su tercer triunfo ante la estrella puertorriqueña,
este viernes en el Madison Square Garden, el que marcó su actuación más sólida de la trilogía. Taylor desplegó una estrategia disciplinada durante los diez asaltos que le valió una victoria por decisión mayoritaria.
El juez Mark Lyson puntuó la pelea 95-95, pero fue superado por Steve Weisfeld y Nicolas Esnault, quienes vieron ganar a la irlandesa 97-93, lo que le permitió retener su título indiscutido del peso superligero. Esta victoria se suma a las obtenidas en 2022 y 2024 ante la misma rival.
Tras largas caminatas hacia el ring e intensas presentaciones que hicieron retumbar el Garden, Taylor y Serrano dieron inicio al asalto número 21 de su histórica rivalidad.
Taylor (24-1, 6 KOs), de 39 años, tomó el centro del ring desde el inicio, empujando a Serrano (47-4-1, 31 KOs) hacia atrás mientras ambas intercambiaban jabs de tanteo y se turnaban el rol de agresora, sin intercambios significativos en los primeros compases.
En el segundo asalto, Taylor se apegó a una estrategia simple pero eficaz: entrar, conectar y salir, obligando a Serrano a reposicionarse. Aunque la puertorriqueña no mostraba frustración visible, los asaltos pasaban sin que pudiera conectar con consistencia o frenar el ritmo de la irlandesa. Para el tercer asalto, Serrano comenzó a acortar distancias y el combate empezaba a calentarse.
Sin embargo, en el cuarto, Taylor retomó el control con su enfoque táctico. Aunque la pelea no tenía la intensidad de sus enfrentamientos anteriores, le permitía marcar el ritmo y controlar el terreno, mientras Serrano tenía que adaptarse sobre la marcha.
Con cinco asaltos restantes, Serrano, de 36 años, tenía que comenzar a aumentar la presión. Cuando finalmente logró arrinconar a Taylor en el sexto, la irlandesa respondió con una fulminante combinación para salir del apuro.
Serrano no detuvo su ofensiva, apostando quizás a que su presión constante acabaría por desgastar a su oponente. El séptimo asalto fue parejo, con Taylor manteniéndose móvil y precisa, mientras Serrano seguía avanzando sin signos evidentes de fatiga. En el octavo, la zurda puertorriqueña comenzó a soltar con más frecuencia su mano izquierda, arrancando vítores del público cada vez que conectaba, y con solo dos asaltos por delante, la pelea parecía abierta.
Impulsada por los cánticos del público que coreaba su nombre, Taylor aumentó su volumen ofensivo en el noveno. Los dos minutos finales prometían alta tensión, y así fue: Serrano buscando conectar cualquier golpe contundente, mientras Taylor seguía soltando manos con precisión y velocidad hasta que sonó la campana final.