KEVIN MITCHELL - 30 de mayo de 2015, O2 Arena, Londres • Títulos: peso ligero del CMB

Jorge Linares fue un prodigio adolescente en su natal Venezuela. Llamó la atención de Akihiko Honda, de Teikken Promotions, y se mudó a Japón, donde se convirtió en profesional a los 17 años.

El precoz talento acumuló 23 victorias consecutivas. Con apenas 21 años, logró una impresionante victoria por detención sobre el mucho más experimentado Óscar Larios (TKO en el 10.º asalto) para conquistar el título vacante del peso pluma del CMB. Realizó una defensa antes de subir al peso superpluma, donde se adueñó del cinturón de la AMB.

Sin embargo, perdió su título cuando fue sorprendentemente detenido por Juan Carlos Salgado (TKO en el 1.º asalto). Siguieron más derrotas, ante Antonio DeMarco (TKO en el 11.º asalto) por el título vacante del peso ligero del CMB y Sergio Thompson (TKO en el 2.º asalto) en una eliminatoria del CMB, lo que llevó a algunos a pensar que Linares no tenía el corazón para superar la adversidad.

Para su inmenso crédito, trabajó para volver a escalar posiciones y ganó una eliminatoria del CMB en peso ligero y, eventualmente, el título vacante contra Javier Prieto (TKO en el 4.º asalto).

En su primera defensa, Linares (38-3, 25 nocauts) se enfrentó a Kevin Mitchell (39-2, 29 nocauts), quien había ganado títulos británicos y de la Commonwealth, pero había fracasado en dos intentos por títulos mundiales ante Michael Katsidis (TKO en el 3.º asalto) y Ricky Burns (TKO en el 4.º asalto).

"Estuve en campamento en Las Vegas e hice entre 6 y 8 semanas con Ismael Salas", contó Linares a The Ring con la ayuda de Roberto Díaz. "No recuerdo los nombres de los compañeros de sparring, pero sí trabajé con diestros y zurdos porque sabía que Kevin Mitchell cambia mucho de guardia."

El venezolano voló en clase ejecutiva directamente desde Las Vegas a Londres y llegó a la capital inglesa una semana antes de la pelea.

Mientras estuvo en Londres, Linares se mantuvo concentrado en la tarea y no se alejó mucho del hotel.

“No hice turismo como tal, pero sí salía a caminar todos los días fuera del hotel por unos 30 minutos, solo para salir de la habitación”, dijo. “Normalmente lo hacía después de la comida, solo para caminar un poco y bajarla.”

Aunque Linares había viajado mucho, habiendo peleado en Japón, Venezuela, Panamá, Estados Unidos, Argentina, Corea del Sur y México, esta era su primera pelea en el Reino Unido.

“Todo fue muy fluido por parte de la promotora y los fanáticos, hubo mucho respeto”, comentó. “Eso me sorprendió un poco.”

El retador marcó 134¼ libras. Sin embargo, Linares inicialmente superó el límite de la división de las 135 libras por 4 onzas.

“Llegar un poco pasado de peso en el pesaje fue un error de cálculo”, admitió antes de marcar 134. “Pensamos que para cuando comenzara el pesaje ya habría perdido el peso, pero estaba un poco por encima.

“Fui al vestuario que nos dieron y salté la cuerda durante unos 30 minutos y alcancé el peso fácilmente.”

La noche de la pelea, Linares llegó al recinto un poco menos de tres horas antes del combate.

“Todo fue como de costumbre”, recordó. “Hice lo normal: estiramientos, saltar la cuerda, calentar y luego vendar.”

“El camino hacia el ring fue un poco tenso. Ni siquiera podía escuchar mi música de entrada, el ruido era tan fuerte. Sabía que no era el favorito [local], Mitchell lo era, pero no esperaba que fuera tan ruidoso. Era la primera vez que la gente no coreaba ‘Linares’ y si lo hacían, no podía escucharlo porque me estaban abucheando.

“Recuerdo que mi canción de entrada era de Michael Jackson, ‘Beat It’. No la pusieron; me cambiaron la canción. Pensé: ‘¿Eh? ¿Por qué pondrían esa canción?’ No recuerdo cuál fue. No se escuchaba bien.”

“Sentí mucha presión. Después de que sonó la campana y empecé a meterme en la pelea, todo cambió.”

Mitchell comenzó mejor, aunque Linares también conectó buenos golpes. Al final del tercer asalto, el campeón defensor se veía frustrado y tuvo que depender de ráfagas y pequeños momentos de éxito ante el británico.

La pelea dio un giro apenas 30 segundos después del inicio del quinto asalto, cuando el campeón ensangrentado tocó la lona tras una combinación de dos golpes, lo que fue recibido con una cacofonía de ruido por parte del público local.

“Me atrapó, me sorprendió, pero lo primero que me vino a la mente fue mi hija no nacida: ‘Chloe, Chloe, Chloe.’ Eso me motivó a levantarme y seguir peleando”, dijo Linares, quien tuvo que sacar fuerzas y resistir el ataque de Mitchell. “También, Salas, la preparación física, el trabajo que hicimos en el gimnasio. No estaba tan lastimado, solo fue que me sorprendieron. Le atribuyo el haberme levantado al trabajo duro que hicimos.”

Roberto Díaz, confidente de Linares desde hace mucho tiempo, admite que temió lo peor.

“Una vez que cayó, fue como: ‘Guau, perdimos’”, admitió Díaz. “Cada vez que caía era una derrota.”

Linares aguantó y siguió peleando, y tuvo a Mitchell lastimado en los últimos compases del octavo asalto. Ambos boxeadores estaban marcados, especialmente el ojo izquierdo de Mitchell, que estaba grotescamente hinchado.

Había luz al final del túnel y ‘El Niño de Oro’ tuvo que usar toda su astucia, experiencia e inteligencia.

“En el octavo y noveno asalto, vi que Mitchell estaba lastimado y cansado, y que le estaba pasando factura,” dijo. “Eso me motivó a buscar el nocaut entrando al décimo asalto porque tenía miedo de una mala decisión. Además, Salas en esos asaltos siempre me animaba, motivaba y empujaba para que fuera y terminara la pelea.”

Linares aprovechó el momento, lastimando a Mitchell al minuto del décimo asalto, con un gran derechazo que hizo que Mitchell retrocediera tambaleándose, y siguió con una ráfaga de golpes. El agotado retador intentó responder, pero resultó ser su último esfuerzo. Linares, más fresco, lo lastimó de nuevo con un derechazo y finalmente derribó al ensangrentado y maltrecho Mitchell con 30 segundos para el final del asalto. El árbitro Víctor Loughlin ya había visto suficiente y detuvo el combate a los 2:57 del asalto.

“Estaba muy, muy orgulloso de él porque eso le quitó ese tabú que tenía encima,” dijo Díaz.

Al final de la pelea, Mitchell iba arriba en las tarjetas 88-82, 86-84, mientras que el otro juez tenía la pelea empatada 85-85.

Díaz entró al ring para dar una noticia que pondría todo en perspectiva.

“Después de la pelea, fue cuando se enteró de que había nacido su hija,” dijo Díaz. “Todo el equipo sabía que su esposa estaba en trabajo de parto, pero les dije que no se lo dijeran para que no se preocupara y se concentrara en la pelea.”

“Cuando terminó la pelea y lo declararon ganador, entré al ring con FaceTime, y conoció a su hija por primera vez y vio a su esposa. Algo que obviamente le generó mucha emoción en ese momento.”

Al día siguiente, Linares voló de regreso a Las Vegas para ver a su esposa y a su bebé recién nacido.

“Fue un parto muy tranquilo, y mi esposa salió de casa al día siguiente, y fue cuando conocí a mi hija por primera vez,” dijo con orgullo. “Es curioso porque tengo fotos donde está el bebé y yo todo golpeado y magullado por la pelea. Fue algo muy especial y es algo que valoro mucho.”

Linares defendió su título de vuelta en Venezuela antes de ser despojado del título del CMB. Ganó el título vacante de The Ring y el cinturón de la AMB contra Anthony Crolla (decisión unánime 12 asaltos). Lo repitió en la revancha y realizó defensas contra Luke Campbell (decisión dividida 12 asaltos) y Mercito Gesta (decisión unánime 12 asaltos) antes de perder contra Vasiliy Lomachenko (TKO en el 10.º asalto). Continuó peleando y dio buenas peleas ante Devin Haney (derrota por decisión unánime 12 asaltos) en un intento por recuperar su viejo título del CMB, y contra Jack Catterall (derrota por decisión unánime 12 asaltos) en peso superligero, tras lo cual se retiró.

Mitchell peleó solo una vez más y fue detenido en cinco asaltos por Ismael Barroso por el título interino vacante de la AMB.

Díaz reconoce los logros de Linares durante su impresionante carrera, en la que se convirtió en campeón mundial en tres divisiones a lo largo de 20 años.

“Con Jorge había mucho talento en el ring, y creo que a veces no vimos al mejor Jorge,” dijo Díaz. “Tuvo que pelear contra algunos de los mejores peleadores y ganas unas, pierdes otras, pero él nunca rehuyó una oportunidad.”