MANCHESTER, Inglaterra – Si hubiera nacido 30 años antes,
Jermaine Franklin habría sido un fijo en USA Tuesday Night Fights o una atracción principal en las carteleras de Heavyweight Explosion que lanzaron a tantas figuras al estrellato a finales del siglo pasado.
El púgil de Michigan, de 32 años, posee ese estilo inteligente y pulido de presión que parece sacado de otra época.
El 24 de enero, Franklin (24-2, 15 KOs) viajará al Co-op Live Arena de Manchester, Inglaterra, para medirse con el hombre considerado por muchos como el futuro abanderado de la división de los pesados: el invicto
Moses Itauma (13-0, 11 KOs).
Se espera que Franklin le ofrezca al joven de 20 años la prueba más exigente de su corta pero explosiva carrera hasta ahora.
“Me gustan los peleadores de los años 80 y 90”, dijo a
The Ring.
“Mi peso pesado favorito es Evander Holyfield. Me gustan los viejos guerreros. Holyfield, Riddick Bowe. Me gustaba Ali, pero odiaba el rope-a-dope, así que trato de no aprender demasiado de Ali, pero sí de los grandes de antes como Marvin Hagler, Sugar Ray.
Veo muchas de esas peleas. Más cerca en el tiempo, me encantaba Lennox Lewis. Ese tipo era un salvaje y también me gustaban los Klitschko”.
Dado que Franklin es admirador de Holyfield y Bowe, no sorprende que la legendaria batalla por el título mundial indiscutido de los pesados en 1992 entre ambos rivales sea una de sus peleas favoritas de todos los tiempos.
Muchos boxeadores dicen que sueñan con protagonizar una guerra brutal que los haga inolvidables para los aficionados.
Franklin ha estado antes en combates largos y duros, y se sentiría cómodo y confiado si logra arrastrar a Itauma a un intercambio de toma y daca.
Sin embargo, es demasiado experimentado y conocedor como para llegar a Manchester con un solo plan de pelea; la experiencia le ha enseñado la necesidad de adaptarse.
Franklin avanzará al frente, pero sabe que puede plantearle muchos problemas al joven mostrándole variantes que aún no ha visto, en lugar de apostar todo a un enfoque peligroso de todo o nada.
“Trato de no pensar demasiado en eso porque tengo un problema con la visión de túnel. Puedo enfocarme demasiado en hacer solo una cosa, así que intento mantener la mente abierta para poder ajustarme a cualquier situación”, explicó.
“No quiero entrar ahí pensando simplemente: ‘Sí, vamos a tener una guerra’ o ‘Sí, lo voy a noquear’.
Tengo que estar preparado para boxear si hace falta, usar las piernas o fajarnos si es necesario. Así que intento mantener una mente abierta y ver qué es lo que llega primero, y cómo ajustarme a ello”.