Jermaine Franklin pensó que podía manejar el dolor hasta que cruzó las cuerdas.
Dos semanas antes de que estuviera programado para enfrentar a Ivan Dychko como parte de la cartelera preliminar del choque entre Terence Crawford y Canelo Alvarez, el mundo de Franklin se vio sacudido por la muerte de su padre. Muchos peleadores habrían decidido retirarse del combate, pero el contendiente de peso pesado de 32 años optó por pelear.
“En su honor”, dijo Franklin en ese momento, “seguiré adelante”.
Pero cuando llegó el momento de estar cara a cara con Dychko, el temible kazajo de 2,06 metros, la mente de Franklin simplemente estaba en otro lugar. La ausencia de su padre, quien habría estado en primera fila en el Allegiant Stadium de Las Vegas, pesaba mucho más de lo que había imaginado.
“Hasta la noche de la pelea, durante el campamento de entrenamiento, sentí que todo estaba bien, como que podía seguir y perseverar”, le dijo Franklin a The Ring. “Pero ese día en particular, y una vez que entré al ring, mi mente era un desastre. Estoy escuchando, trato de concentrarme, sigo peleando, pero es como si estuviera en modo piloto automático.
“Era demasiado lo que me venía encima al mismo tiempo y estaba pensando en mil cosas dentro del ring mientras aún intentaba pensar en ganar la pelea. Fue muy difícil tratar de empujar todo al fondo de mi mente y continuar con la pelea”.
Aun así, “The 989 Assassin” fue capaz de resolver las cosas y se adjudicó una decisión unánime tras 10 asaltos, con uno de los jueces anotándolo ganador por 97-92. Dadas las circunstancias, se le plantea a Franklin (24-2, 15 nocauts) que quizá sea la mejor victoria de su carrera hasta la fecha.
“No”, dijo. “Soy un gran crítico conmigo mismo, así que diría que no porque para mí fue desprolijo. Quería rendir mejor y mostrar un poco más, pero hice lo que pude e hice lo suficiente para sacar una victoria”.
Esa victoria sobre Dychko (15-1, 14 nocauts), que fue la primera presentación de Franklin en 14 meses, le ha valido al nacido en Saginaw, Michigan, un rápido regreso al ring, con la oportunidad de frenar al prodigioso Moses Itauma (13-0, 11 nocauts) como recompensa.
Su pelea, programada para el 24 de enero en el Co-op Live Arena de Manchester, llegará apenas 19 semanas después de su emocionalmente turbulento combate con Dychko. Franklin está convencido de que ha tenido tiempo suficiente para manejar cualquier emoción que pueda surgir la noche de la pelea esta vez.
“Me siento mejor en este punto”, dijo Franklin. “El duelo es algo que no tiene límite de tiempo y mi opinión personal sobre el duelo es que nadie realmente lo supera. Simplemente aprendemos a manejarlo a medida que seguimos creciendo en la vida. Así que, en lugar de dejar que esos momentos te hundan, dejas que te hagan feliz. Piensas en todos los buenos momentos y los buenos recuerdos y en todo eso que compartes.
“No creo que termine, sino que aprendemos a manejarlo mejor y a estar en un espacio mental más seguro con ello. Eso incluye el ring. No es algo con lo que volveré a luchar. Tengo una mente bastante fuerte. Mi padre siempre estará ahí arriba, pero no es algo con lo que volveré a luchar”.