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van Dychko no es el nombre más grande al que
Jermaine Franklin se ha enfrentado, pero el escenario requiere de toda su concentración.
El 13 de septiembre, bajo las luces del Allegiant Stadium en Las Vegas, Franklin tendrá la mayor vitrina de su carrera, en la cartelera encabezada por el megacombate
Canelo Álvarez vs.
Terence Crawford. Y aunque no sea la atracción principal, el estadounidense se niega a ser un mero acompañante.
Medirse a un invicto coloso como Dychko ha impulsado a Franklin en el gimnasio. Esa meta clara lo ayudó a completar una preparación sólida. Sin embargo, en las últimas semanas su atención ha cambiado.
Recientemente, Franklin reveló que su padre falleció.
Devastado, el peso pesado tuvo que afrontar la dura realidad de que su mayor apoyo ya no estaría a su lado. Conocido por su fortaleza y su capacidad de avanzar pese a los golpes, esta vez la pérdida lo detuvo en seco.
“Ha sido duro”, confesó Franklin a
The Ring. “Realmente muy duro”.
Con marca de 23-2 (15 KOs), Franklin necesita tiempo para procesar el duelo, pero la fecha de la pelea se acerca rápido. Oportunidades como esta no aparecen todos los días. Y aunque quisiera refugiarse con su familia, sabe que no es lo que su padre hubiera querido.
“Me gustaría pasar tiempo con mi familia, pero sé que mi padre querría que siguiera adelante”, dijo. “Así que en su honor, seguiré. Sigue siendo muy difícil, pero soy boxeador y al final del día, el boxeo no espera a nadie”.
Franklin recuerda la racha de dos derrotas consecutivas que sufrió ante
Dillian Whyte y
Anthony Joshua, la cual le dio impulso para encadenar ahora dos victorias seguidas.
Dychko (15-0, 14 KOs) no es muy conocido y necesita un triunfo ante un contendiente reconocido para legitimarse. Franklin nunca se ha caracterizado por su pegada fulminante, pero la pérdida de su padre lo ha cambiado.
“Te pone en otro estado mental, en cuanto a agresividad y actitud”, afirmó. “Quiero honrarlo”.