ALTRINCHAM, Inglaterra - Desde el momento en que se anunció, la pelea por el título británico y de la Commonwealth del peso superligero entre Jack Rafferty y Mark Chamberlain parecía que produciría fuegos artificiales. Cumplió con creces.

Después de 12 brutales asaltos, los peleadores tuvieron que conformarse con un empate mayoritario.

El pasado octubre, Rafferty (26-0-1, 17 nocauts) irrumpió en las pantallas de televisión con una emocionante victoria por detención viniendo de atrás sobre Henry Turner. El triunfo dramático le valió el título británico de las 140 libras y un contrato promocional con Queensberry. Desde entonces, ha acumulado dos detenciones y se ha convertido en un peleador imprescindible en televisión.

Si la estrella del Rafferty en forma ha ascendido rápidamente, la de Chamberlain se ha apagado en los últimos 18 meses. Una serie de nocauts emocionantes llamó la atención de Su Excelencia, Turki Alalshikh, y le valió la oportunidad de presentarse en una serie de espectáculos de la Temporada de Riad.

En septiembre del año pasado, el púgil de 26 años de Portsmouth ofreció una actuación sorprendentemente apagada y se dejó llevar hacia una derrota por decisión ante Josh Padley.

La derrota convenció a Chamberlain (17-1-1, 12 nocauts) de que había llegado el momento de dejar de forzar su alto y anguloso físico para bajar a 135 libras. Y sabía que una victoria sobre el Rafferty en forma le permitiría recuperar el terreno perdido.

Durante el último año, Rafferty ha vencido al talentoso Turner y a Corey O’Regan y ha hecho cientos de asaltos de sparring con zurdos, pero nunca había boxeado contra alguien con la capacidad de terminar una pelea en cualquier momento.

Consciente de que ser atrapado a media distancia contra un peleador con el poder de Chamberlain podría detener de golpe su impulso, Rafferty boxeó con cautela durante el asalto inicial pero fue alcanzado por una dura izquierda recta mientras se adentraba poco a poco en la distancia.

Sacudió la cabeza de Chamberlain con una derecha propia y avanzó lentamente, aplicando presión con los pies en lugar de descargar golpes de poder.

La acción comenzó a intensificarse en el tercero. Chamberlain sufrió un corte vertical sobre su ojo izquierdo cuando Rafferty empezó a aumentar su ritmo. Chamberlain parecía estar apuntando al cuerpo pero, ganando confianza, armó una dura combinación al inicio del cuarto.

Claramente precavido ante la potencia de fuego que venía de vuelta, Rafferty no obstante continuó avanzando. Chamberlain sufrió un corte cerca de su ojo derecho tras un choque de cabezas, pero siguió encontrando el blanco con golpes largos y rectos.

Para el quinto asalto, Rafferty había comenzado a encontrar su ritmo. Chamberlain estaba conectando artillería pesada, pero Rafferty aguantaba el fuego y ahora conectaba bastante de lo suyo. Se negó a dejar tranquilo a Chamberlain, atacando su cuerpo y pasando cada vez más tiempo en la distancia de golpeo.

Para el séptimo asalto, parecía que la marea había cambiado. Rafferty se enfocó en la zona media de Chamberlain y, aunque el hombre de Portsmouth seguía contraatacando y conectando izquierdas limpias, pasaba cada vez más tiempo contra las cuerdas.

Chamberlain se recuperó bien en el octavo. Encontró el blanco una y otra vez mientras Rafferty avanzaba, y pudo ganar un valioso espacio y tiempo.

El ritmo fue implacable. Los golpes llamativos de Chamberlain se equilibraban con la presión y los golpes cortos y potentes de Rafferty. Una hermosa combinación de tres golpes tambaleó a Rafferty en el décimo, pero eso fue respondido con un sostenido ataque al cuerpo de Rafferty mientras la acción se inclinaba de un lado a otro.

Con el rostro hinchado, Rafferty siguió avanzando pero Chamberlain boxeó brillantemente en retroceso en el undécimo. Pudo cronometrar bien a Rafferty, plantarse y descargar combinaciones cortas y rápidas.

Desde el ringside, una pelea brutal parecía estar en la balanza cuando los púgiles respondieron a la campana para el asalto final.

Una serie de ganchos de izquierda aturdieron a Chamberlain, quien tambaleante lanzó de vuelta golpes fuertes propios. Intercambiaron hasta la campana.

La pelea se fue a las tarjetas. John Latham vio a Chamberlain por delante 115-114, pero fue superado por Michael Alexander y Mark Lyson, quienes ambos puntuaron la pelea 114-114.