Este sábado por la noche,
Ishmael Davis peleará por quinta vez en 14 meses, en una velada que él mismo describe como “el fin del comienzo”.
Pocos boxeadores de alto nivel han estado tan activos como el púgil de 30 años, originario de Leeds, Inglaterra, en ese mismo periodo, aunque las cosas no han salido exactamente según lo planeado.
Davis llega al Tottenham Hotspur Stadium para enfrentar a
Sam Gilley tras una victoria por decisión en seis asaltos sobre un zurdo italiano llamado Elliot Eboigbe (1-16, 1 KO), en una discreta presentación el mes pasado en un salón de banquetes.
Pero antes de eso, venía de tres derrotas consecutivas en combates a 12 asaltos, aunque existían circunstancias atenuantes: su costumbre de aceptar peleas en el último minuto, como ocurrió cuando perdió ante Serhii Bohachuk y Josh Kelly a finales del año pasado.
Ahora, mientras se prepara para enfrentar a Gilley por los títulos británico y de la Commonwealth del peso superwélter, Davis (14-3, 6 KOs) reconoce que la presión está ahí. Aunque, en realidad, la mayor parte de ella proviene de su propia familia, más que de sus resultados recientes.
“Tengo siete hijos”, cuenta el púgil a The Ring. “Todos son varones. Mis mayores son gemelos. Cumplen 17 en enero. Los tuve cuando yo tenía 14, y cumplí 15 tres meses después. Ellos vendrán a la pelea.
“Tengo cuatro chicos grandes ya. Solo hay dos años de diferencia entre los cuatro mayores, así que necesito asegurarme de que su padre esté ganando estas peleas importantes ahora.
“Pero en realidad la presión viene sobre todo de los pequeños, ¿sabes? Los más jóvenes no se guardan nada, te dicen las cosas directamente. Hice FaceTime con mi hijo de 7 años y le pregunté si vio la pelea, y me dijo: ‘Sí, pero perdiste, ¿no?’
“Es duro. Pueden ser muy crueles.”
Davis también utilizó la palabra “duro” para describir el puntaje de dos de los jueces en su última pelea, una
derrota por decisión dividida ante
Caoimhin Agyarko en Windsor Park, Belfast. Sin embargo, por la naturaleza de ese combate, la derrota no afectó demasiado su camino hacia el título británico.
“Dije antes de esa pelea que, si no ganaba, ¿qué derecho tendría a pelear por ese título?”, añade. “Pero creo que vencí a Caoimhin. He vuelto a ver la pelea y sé que la gané.
“Sí, la decisión me molestó, pero como sé que hice lo suficiente, no me ha hundido ni estresado. No me sentí así. Le saco muchas cosas positivas.”
Eso significa que, pese a la racha complicada de resultados, Davis podría terminar el año como campeón británico y de la Commonwealth, lo que le abriría un 2026 enorme. Y pese a su inusual nivel de actividad en los últimos 15 meses, Davis no tiene intención de bajar el ritmo.
“Yo pedí ser boxeador”, afirma. “Esta carrera es corta, y tienes que aprovecharla al máximo. Puedo pelear ahora y, si alguien me dice que tengo otra pelea en ocho semanas, tomaré la pelea. Empecé mi carrera tarde, y solo me quedan cinco o seis años. Tengo 30 ahora, pero quiero retirarme a los 36.
“Así que, todas las peleas que vengan, voy a seguir peleando.”
La actividad de Davis le ha llevado a convertirse en una de las caras más reconocibles del boxeo británico, aunque no siempre fue así. Antes de enfrentar a Ewan Mackenzie en un evento de Matchroom hace dos años, muy poca gente sabía del hombre que había dado un giro completo a su vida tras dos periodos en prisión.
Davis les decía a sus compañeros de celda que algún día lo verían en la televisión, y tenía razón. Se ha convertido en un habitual de las transmisiones gracias a su disposición a aceptar peleas contra cualquiera y en cualquier momento.
Pero “The Black Panther” afirma que esa etapa de su carrera termina este sábado por la noche, y que la siguiente comenzará justo después, una vez que se convierta en campeón británico y de la Commonwealth.
“Escucha”, dice. “Voy a ganar esto. Acuérdate de lo que te digo. Voy a ganar esto, y luego vienen cosas grandes. Vamos a llamar a esta pelea el fin del comienzo. Sí, me gusta: el fin del comienzo.
“Voy a salir ahí, ganar los títulos británico y de la Commonwealth, y luego convertirme en el boxeador que sé que puedo ser.”