NUEVA YORK – A
Gervonta Davis le resulta difícil ir a cualquier parte sin que los fanáticos gritones le pidan su autógrafo.
Sus violentos nocauts lo han convertido en uno de los boxeadores más populares del deporte. Teniendo en cuenta su historial, algunos creen que es la cara del boxeo.
Esa distinción, sin embargo, es un poco demasiado elogio para su gusto.
“No soy la cara del boxeo”, admitió Davis durante una reciente conferencia de prensa. “Solo soy alguien que boxea”.
Su enfrentamiento será transmitido por Netflix y se espera que tenga una gran audiencia, a pesar de su naturaleza cómica. Después de varias reuniones, Davis aceptó enfrentar al YouTuber convertido en boxeador en un peso pactado de 195 libras, 60 libras más alto que su categoría habitual.
Lo que hará Davis después de su exhibición es una pregunta que no responderá. El excampeón multidivisional viene de un controvertido empate contra Lamont Roach el 1 de marzo en el Barclays Center de Brooklyn.
Había razones para creer que los dos volverían a enfrentarse. Pero mientras Davis (30-0-1, 28 nocauts) inicialmente estuvo de acuerdo, se retiró en el último minuto y optó por enfrentar a Paul (12-1, 7 nocauts).
En cuanto a ser la cara del boxeo, en años pasados, el oriundo de Baltimore creía que era una posición que se había ganado. Hoy en día, le importa un bledo.