Gavin Gwynne considera que ha llegado el momento indicado para reavivar la rivalidad con Cameron Vuong.

En noviembre pasado, Vuong dio un salto enorme en su desarrollo profesional al enfrentar, en apenas su séptima pelea, al ex campeón británico, de la Commonwealth y europeo del peso ligero, Gwynne. La pelea, pactada en un peso intermedio de 139 libras, cumplió con las expectativas previas: juventud contra experiencia, velocidad frente a fortaleza. El joven de 22 años arrancó con fuerza, pero Gwynne fue ganando terreno a medida que avanzaban los asaltos y muchos consideran que fue injustamente perjudicado por una controvertida decisión unánime.

Aunque se habló brevemente de una revancha, Vuong optó por retomar su antigua disputa con Jordan Flynn, dejando a Gwynne en la búsqueda de nuevas oportunidades.

Con récord de 17-4-1 (5 KOs), Gwynne sigue convencido de que ganó aquel combate, y ahora que ambos tienen sus agendas abiertas, insiste en que el segundo capítulo debe llevarse a cabo.

“Tiene que pasar,” declaró el galés de 34 años a The Ring.

“Tiene que volver a subirse al ring conmigo, porque mucha gente piensa que gané la pelea. En mi opinión, la gané con claridad. Los dos primeros asaltos fueron cerrados, pero luego tomé el control. Para mí, fue como un 6-4 a mi favor, en el mejor de los casos para él.”

El viernes pasado, Gwynne observó con atención la victoria por nocaut técnico en el séptimo asalto de Vuong sobre Flynn. A pesar del inicio enérgico y ambicioso de Flynn, Vuong fue imponiendo su ritmo hasta demostrar que era demasiado fuerte, rápido y técnico para su viejo rival.

Sin embargo, aunque Vuong mostró destellos de calidad, Gwynne no vio nada que le hiciera perder el sueño. De hecho, detectó errores que ya había notado en su primer enfrentamiento.

“Para ser honesto, viendo su actuación del fin de semana, va a tener que subir el nivel nuevamente, porque volvió a perder los primeros asaltos,” señaló.

“Creo que es muy fácil de conectar. En la primera pelea le tuve demasiado respeto. Esta vez, sé que no tiene pegada, y eso fue lo primero que le dije a Gary [Lockett, su entrenador] después de la pelea. No tiene poder.

Lanzaba golpes con velocidad, sí, y eso confundió a los jueces, haciéndoles pensar que eran golpes contundentes, pero no lo eran.”

Antes de medirse con Vuong, Gwynne confiaba plenamente en que su bagaje y estilo persistente serían demasiado para el joven talento. Aun así, admite que era difícil ignorar todo el ruido en torno al potencial de Vuong.

Gwynne es un boxeador respetuoso y reconoce que su rival seguramente creció a nivel boxístico tras compartir el ring con él. Pero asegura que él también ha evolucionado desde aquel combate.

“Ahora sé exactamente cómo prepararme,” afirmó.

“Obviamente, él será un poco mejor —se lo reconozco—, pero yo también lo seré. Esta vez tendré más tiempo para trabajar con Gary. La vez anterior solo tuvimos seis meses; ahora será un año completo de preparación juntos, y eso es positivo.

Confío en mis capacidades. Sé que puedo volver a hacer el trabajo. Aunque esa derrota figura en mi récord, yo la tomé como una victoria, porque los únicos que pensaron que perdí fueron los tres jueces.”

A comienzos de año, el mánager de Vuong, Sam Jones, dijo a The Ring que su boxeador no recibió el reconocimiento merecido por aceptar la pelea con Gwynne tan pronto en su carrera. También comentó que no se oponía a una revancha, pero que el promotor de Vuong, Eddie Hearn, tendría que desembolsar una buena suma para que suceda.

Gwynne entiende la postura de Jones, pero asegura que una segunda pelea sería lucrativa y de alto perfil para ambos. Además, cree que el orgullo competitivo de Vuong podría pesar más que cualquier estrategia de su equipo.

“Creo que tendrán que hacerlo, porque en todas sus publicaciones la gente comenta: ingleses, galeses, escoceses, irlandeses, todos escriben: ‘Tienes que darle la revancha a Gavin,’” aseguró.

“Y creo que incluso para él mismo. Como boxeador, sabes si ganaste o no una pelea.

Él solo estaba feliz de haber terminado los diez asaltos. Estaba exhausto después del sexto. ¿Sabes a lo que me refiero?

Creo que tienen que aceptar la revancha, de lo contrario están engañando al público.

Soy una pesadilla para cualquiera. Un verdadero incordio en el ring. Nadie quiere pelear conmigo, así que no lo culpo si quiere más dinero.”