Gavin Gwynne ha esperado 12 largos meses para volver a meter a
Cameron Vuong en un ring.
En noviembre de 2024, el excampeón británico, de la Commonwealth y europeo del peso ligero, de 35 años, fue elegido a dedo como el hombre adecuado para llevar al talentoso —pero inexperto— Vuong al siguiente nivel.
Tras 10 asaltos muy disputados, los jueces prefirieron el boxeo y los estallidos llamativos de Vuong ante la presión incesante de Gwynne, y otorgaron al joven una controvertida decisión unánime.
La mayoría de los observadores consideraron que Gwynne había hecho más que suficiente para ganar aquella pelea en el peso pactado de 139 libras.
El 29 de noviembre, Gwynne obtiene la revancha que ha reclamado desde el momento en que levantaron la mano de Vuong. La pelea volverá a pactarse a 10 asaltos, pero esta vez será en las 135 libras. DAZN transmitirá la acción desde el NEC de Birmingham.
Desde aquella noche, Gwynne (18-4-1, 5 KOs) ha seguido trabajando con su entrenador Gary Lockett y sumó una victoria rutinaria a seis asaltos en agosto, pero tuvo que volver a su empleo como andamiero mientras esperaba la llamada para la revancha.
Convencido de que necesitaba refrescar su enfoque tras noquear a otro viejo rival, Jordan Flynn, a comienzos de este año, el joven Vuong (9-0, 4 KOs), de 23 años, dejó el gimnasio de Jamie Moore en Mánchester y
trasladó su preparación al Ben Davison Performance Centre, en Essex.
“Ben Davison me conoce y me valora”, dijo Gwynne a
The Ring.
“Sé que me valora porque siempre me pide que suba a hacer sparring. Subí allí e hice sparring justo antes de pelear con Cameron. Hice sparring con
Royston Barney-Smith, un peleador muy bueno al que tengo en gran consideración. Él me ha visto trabajar con él.
Ben Davison sabe lo bueno que soy. Dejémoslo así. Sabe que Cameron tiene que estar al 100% para ganarme”.
Aunque sería sorprendente que alguno cambie drásticamente su estilo, la presencia de Davison añade un elemento interesante a esta revancha de alto riesgo.
Ver a Gwynne perseguir y descifrar a un boxeador tan técnico como Barney-Smith puede haber dado al analítico Davison una lectura valiosa sobre cómo trabaja Gwynne, pero el galés otorga mucho más peso a los 10 asaltos que ya compartió con Vuong.
Cree que cualquier plan previo desaparecerá en cuanto Vuong se dé cuenta de que le espera otra noche larga y agotadora.
“Soy el tipo de peleador que le daría un infierno siete días a la semana”, continuó Gwynne.
“Creo que soy un pésimo cruce para Cameron, por el tipo de boxeador que soy. No creo que pueda enfrentar a alguien como yo. Tengo esa mentalidad de nunca rendirse, nunca morir, y seguiré intentándolo hasta que suene la campana final.”