Hace once años, mientras trabajaba en una fábrica de Land Rover,
Galal Yafai decidió seguir los pasos de sus dos hermanos mayores y dedicarse al boxeo profesional.
En aquel entonces, Kal, el mayor, ya tenía una docena de combates como profesional y era campeón de la Commonwealth, mientras que Gamal, el del medio, marchaba con un récord de 4-0. Galal asegura que no sentía presión alguna por replicar sus logros. Los tres habían peleado entre ellos toda la vida y, para él, el boxeo no era más que un pasatiempo hasta que decidió tomárselo en serio... con 22 años.
Una década después, Yafai (9-0, 7 KOs) es medallista olímpico de oro y está a las puertas de disputar su primer título mundial como profesional, con apenas nueve peleas en su haber.
“Todo el mundo pensaba que estaba loco porque dejé un trabajo en el que ganaba mucho más dinero,” contó Yafai a
The Ring.
“Pero odiaba trabajar. Estaba en la fábrica de Land Rover en Solihull y lo detestaba. Como soy bajito, la gente me mandaba: ‘Levanta esas cajas’. Y yo les contestaba con actitud.”
“Al mismo tiempo, me gustaba salir. Estaba en esa edad en la que solo quieres estar con tus amigos. Boxeaba, pero no en serio. Y fue entonces cuando Sunny [Edwards] me venció como amateur. Pensé: ‘Esto se acabó para mí’. Pero mi entrenador me convenció para que le diera un año más, y en septiembre de 2015 me uní al equipo GB. Ahí fue cuando me lo tomé realmente en serio.”
Hoy, Kal y Gamal están retirados. Kal llegó a ser campeón mundial y Gamal, campeón europeo. Galal, de 32 años, ganó el oro olímpico en Tokio 2020, firmó con Matchroom Boxing y debutó como profesional en febrero de 2022.
A pesar de la importancia del combate, Yafai admite que su victoria por nocaut técnico en seis asaltos sobre Sunny Edwards el pasado noviembre significó mucho más para su carrera.
“Mi pelea con Sunny fue más importante. Había más en juego para mí. Fue algo personal,” confesó.
“Mucha más gente lo conoce. No quería perder con él bajo ningún concepto. No quiero perder con nadie, pero con él aún menos que con cualquier otro.
Rodríguez Jr. es un buen boxeador, no sé mucho sobre él, pero fue campeón del mundo y es un mexicano de primer nivel. Si me preguntas: ‘¿Preferirías perder con Sunny o con Rodríguez?’ — elijo a Rodríguez.”
En cada una de sus nueve peleas, especialmente contra Edwards, Yafai se ha mostrado frío y calculador. Su expresión impasible mientras lanzaba ráfagas de golpes a su rival decía mucho sin pronunciar palabra.
“No parece que me esté esforzando, pero créeme, lo estoy haciendo,” afirma.
Su concentración a menudo se confunde con indiferencia. Yafai sabe que un solo tropiezo puede sacarlo del camino en una división poco glamurosa y con menos oportunidades que otras.
“Tal vez si fuera un peso pesado y estuviera generando millones y millones, sentiría menos presión,” admite.
“Pero en mi situación es más difícil volver después de una derrota. Puede que tengas otra oportunidad, pero no es seguro. Esa presión es la que me mantiene enfocado.
No tengo miedo a salir lastimado —creo que ningún boxeador lo tiene— pero no quiero perder el estilo de vida que tengo. Me siento cómodo, invicto, y no quiero perder eso.”
Con una vida de sparrings en casa y años de comparaciones con sus hermanos, Yafai sabe que la clave del éxito es mantener la concentración. Kal y Gamal siguen dándole consejos, aunque él bromea con que ya no los necesita.
“Lo loco de todo esto es que soy campeón olímpico. Gané un montón de medallas, fui campeón de la Commonwealth, llevo nueve peleas como profesional, he peleado por todo el mundo… Y aún me tratan como si fuera un novato,” dice entre risas.
“Siempre me dicen: ‘Tienes que acabar con este tipo’. Y yo les digo: ‘¡Tengo más experiencia que ustedes!’ Aun así, los escucho. Boxearon durante muchos años. Es bonito tenerlos cerca.
Yo tenía 7 años, Gamal 9 y Kal 11. Siempre me daban una paliza. Ahora las cosas han cambiado. Probablemente yo los derrotaría a ellos.”
Si todo va según lo previsto, Yafai podría enfrentar a Teraji a finales de este año, probablemente en Japón en diciembre, siempre que el japonés supere a Ricardo Sandoval en julio y Galal haga su parte este sábado en el BP Pulse Live Arena.
Pero así como no se adelantó a los hechos en Tokio, tampoco lo hará ahora. No presume de confianza invulnerable ni repite mantras motivacionales. Todo lo que ha logrado, insiste, lo ha conseguido dentro del ring, no con declaraciones.
“Jamás pensé ‘voy a ser campeón olímpico, seguro que lo voy a lograr’. Solo pensé: ‘Lo intentaré, y si se da, genial; si no, pues ya está’.”
“Ahora, como profesional, soy igual. Ojalá me convierta en campeón del mundo. Podría lograrlo… o no. Crucemos los dedos, ¿no?”