Hubo un tiempo en el que Fabio Wardley miraba las clasificaciones de The Ring y esperaba que algún día pudiera siquiera inquietar al top cinco.

Pero después de asumir oficialmente el puesto número 1, el boxeador de 30 años se siente cómodo de haber pagado las cuotas necesarias en su división.

Debido a que Tyson Fury alcanzó un año de inactividad tras su derrota ante Oleksandr Usyk en su revancha del 21 de diciembre del año pasado, el “Gypsy King” ha salido ahora del ranking de los pesos pesados, lo que significa que Wardley asciende del número 2 al número 1.

“No puedo creer que lo haya conseguido”, le dice Wardley a The Ring. “Miro las clasificaciones, me veo en lo más alto y me río. Pienso: ‘¿cómo he logrado esto?’”.

“De hecho, el otro día vi una foto de cuando entré por primera vez en el top 10. Vi todos los nombres que había allí y recuerdo que en ese momento pensaba que, si podía abrirme camino un poco más arriba, solo un par de puestos, hasta el siete, el seis o incluso el cinco, eso estaría bastante bien. Eso fue hace unos años, pero la bola ha seguido rodando y yo he seguido escalando”.

“Ahora soy el número 1 y solo pienso: ‘wow, vale, no me ha ido nada mal aquí, ¿verdad?’”.

Habiendo dado el famoso salto al profesionalismo tras apenas cuatro combates en el circuito white-collar, Wardley nunca ha sido de afirmar que siempre soñó con convertirse en campeón mundial de los pesos pesados.

Por el contrario, ha tenido que reajustar regularmente sus objetivos después de superar cada obstáculo que se le ha puesto en el camino.

El más reciente fue su dramática victoria por nocaut técnico sobre el favorito antes del combate, Joseph Parker, en el O2 Arena de Londres el 25 de octubre, con la que aseguró el título interino de la OMB.

Luego, después de que el campeón de peso pesado de Ring Magazine, Oleksandr Usyk, decidiera dejar vacante su título de la OMB, Wardley fue elevado a la posición de campeón absoluto.

Teniendo en cuenta que noqueó a Frazer Clarke en un devastador solo asalto en octubre del año pasado, y que luego lo siguió con una victoria de un solo golpe sobre Justis Huni en junio, el triunfo sobre Parker y el cinturón mundial que le siguió coronaron un período extraordinario de 12 meses para el hombre de Ipswich.

“Por mucho que tuviera que demostrarle cosas a los demás, en realidad siempre tuve cosas que demostrarme a mí mismo”, añade Wardley.

“Está muy bien conocerte y creer en ti mismo, pero hacerlo de verdad la noche del combate, en el ring, delante del público y con todo lo que conlleva, es cuando puedes decir: ‘¿sabes qué? tengo esto, soy bueno’”.

“Me enfrenté a un olímpico, me enfrenté a este, a aquel; me defendí bien, recibí golpes, lancé golpes. Al final, tengo todo esto cubierto”.

“Luego miré las clasificaciones y pensé: puedo superar a estos tipos. No hay nadie en esa división a quien mire y piense realmente que sea una tarea imposible o que no pueda acercarme ni de lejos”.

“No me malinterpretes. Usyk está en lo más alto del árbol, es el más duro del grupo. Pero creo que puedo llegar hasta esos tipos. Claro que Usyk es un rival muy complicado, pero a todos los demás los miro y pienso que son perfectamente vencibles para mí”.

Pero aunque se sienta en la cima justo a tiempo para el día de Navidad, Wardley sí cree que es solo una parte de un triunvirato británico que emergerá como los protagonistas del peso pesado en la era posterior a Usyk. Sin embargo, con Anthony Joshua ya con 36 años y Fury, ahora retirado —aunque podría estar cerca de un regreso—, con 37, ninguno de los dos está incluido.

“Siempre ha existido esa pregunta de quién va a ser el próximo en tomar el relevo”, dice Wardley.

“Y ya desde entonces siempre he sugerido que seríamos yo, Daniel Dubois y Moses Itauma, nosotros tres por diferentes razones y en distintas etapas de nuestras carreras”.

“Pero íbamos a ser los tres nombres durante los próximos cinco o seis años en las grandes peleas y dominando el resto de la división”.