A pesar de tener 31 años, uno de los pesos pluma más altos en la historia del boxeo de alguna manera todavía consigue bajar su cuerpo larguirucho hasta el límite de 126 libras de la división.
Rafael Espinoza, que mide 6 pies 1 pulgada, considera que es razonable seguir buscando las peleas de unificación de títulos. Sin embargo, está frustrado porque no ha logrado atraer a los otros campeones
Nick Ball (AMB),
Stephen Fulton (CMB) o
Angelo Leo (FIB) a peleas más significativas que las que Espinoza ha ganado desde que detuvo al excampeón OMB
Robeisy Ramírez en el sexto asalto de su revancha hace 11 meses.
“Todavía me siento bien en este peso”, dijo Espinoza después de su victoria por nocaut técnico en el undécimo asalto sobre
Arnold Khegai la noche del sábado. “Pero antes de tomar cualquier decisión, quiero ver qué ofertas hay sobre la mesa”.
El jalisciense Espinoza (28-0, 24 nocauts) no quiere seguir esperando la oportunidad de añadir coronas del peso pluma a su cinturón OMB. Considerará subir a las 130 libras porque allí hay alternativas atractivas para él, especialmente
el ganador de la pelea de unificación del título del peso superpluma entre el campeón OMB Emanuel Navarrete y el campeón FIB Eduardo “Sugar” Núñez, el 28 de febrero en la Desert Diamond Arena en Glendale, Arizona.
Por ahora, Espinoza saboreará su victoria dominante sobre Khegai.
Controló al duro contendiente nacido en Ucrania tal como indicaban las amplias apuestas, hasta que el entrenador de Khegai, Marvin Samodio, determinó que su castigado púgil no debía continuar más allá del décimo asalto en la Arena Coliseo de San Luis Potosí, México.
De acuerdo con las regulaciones del boxeo mexicano, Khegai fue contado fuera 10 segundos después de iniciado el undécimo asalto.
“Estoy contento porque obtuve el resultado que esperaba, que es una victoria”, dijo Espinoza. “También quería ofrecer un espectáculo para la gente. Pude haber mantenido la distancia toda la noche, pero quise dar un show, como siempre.”
Espinoza se involucró en el intercambio con Khegai en lugar de pelear a la distancia, lo que habría facilitado las cosas contra un oponente siete pulgadas más bajo. Su agresividad permitió que Khegai (23-3-1, 14 nocauts) conectara una buena cantidad de golpes limpios, pero también recibió innumerables uppercuts de derecha por parte de Espinoza y no pudo generar ningún tipo de impulso.
Khegai tenía tanta hinchazón encima del ojo izquierdo que le resultaba muy difícil ver.
“Sé que nadie lo había detenido antes, y yo soy el primero en hacerlo”, dijo Espinoza. “Es un peleador poderoso, pero [la noche del sábado] demostré que soy mejor.”
Keith Idec es redactor sénior y columnista de The Ring. Puede ser contactado en X @idecboxing