Mientras Jaron Ennis recibe el trato de estrella con la alfombra roja, Eimantas Stanionis ha sido relegado a la sombra, obligado a entrar por la puerta trasera.

Así es este negocio, y Stanionis lo entiende. Ennis (33-0, 29 KOs) es el protagonista, el que vende boletos, el espectáculo principal y el peleador que todos quieren ver. Stanionis, sin embargo, se mantiene imperturbable ante todo eso. No le molesta que Ennis se lleve la mayor parte de la promoción de cara a su enfrentamiento del 12 de abril, que será transmitido por DAZN. En juego estarán los títulos mundiales de la AMB, la FIB y la revista The Ring.

La unificación que se avecina es crucial para Ennis. Su futuro es prometedor y sus aspiraciones, aunque altas, son alcanzables. Stanionis, no obstante, no ve la hora de hacerlo aterrizar de nuevo y devolverlo a la realidad.

“Lo están llamando superestrella, pero yo estoy en su camino”, dijo Stanionis a Matchroom Boxing. “Quiero arruinar todos los planes”.

Ennis ha trabajado duro para llegar a donde está hoy. Durante años, prácticamente ningún nombre importante del peso wélter mostró interés en enfrentarlo. Incluso el título de la FIB que luce con orgullo en su hombro le fue otorgado sin pelea, algo que nunca quiso aceptar.

Pero hay una razón por la que muchos evitaban mencionarlo. ¿Viste lo que le hizo a David Avanesyan? ¿Y qué tal el nocaut de videoteca ante Roiman Villa? Esos momentos se volvieron virales al instante, pero también lo alejaron de lo que realmente buscaba... una pelea de verdad.

Finalmente la tendrá frente a Stanionis. En el mundo de las apuestas, los expertos no le dan muchas probabilidades al lituano. Sin embargo, mostrarse beligerante o desafiante no le servirá de mucho.

Ennis es lo mejor que hay. Stanionis lo reconoce. Pero esa imagen de monstruo invencible que muchos quieren proyectar, él no se la cree.

“Es un gran boxeador, pero todos tenemos dos piernas, dos manos; nadie es invencible. Yo vengo a pelear.”