LONDRES — A pocas semanas de la revancha entre
Daniel Dubois y
Oleksandr Usyk por el campeonato mundial de los pesos pesados, Don Charles camina hacia su gimnasio bajo un sol abrasador. Saluda a quienes ya están presentes y ofrece su característico apretón de manos firme, reflejo de su determinación.
Su gimnasio, situado en Borehamwood, a las afueras de Londres, entre campos de cultivo y caballos, es el lugar donde Don y su equipo buscan el plan maestro para destronar al invicto y enigmático Usyk.
Ambos ya se enfrentaron hace 23 meses, en un combate controvertido pero claro en su desenlace. Desde entonces, todo ha sido trabajo, sacrificio y evolución para Don y Dan.
La revancha, que tendrá lugar ante 90,000 espectadores en Wembley Stadium, es sin duda el combate más grande e importante de sus respectivas carreras.
Para Charles, todo pudo haber sido diferente de no ser por un encuentro casual hace más de 20 años en una gasolinera de Temple Fortune.
«Diez días después de recibir las llaves de mi primer estudio, aún sin haberlo construido, un amigo me pidió que lo llevara a Notting Hill Gate», recuerda Don a The Ring. «Paré a echar gasolina y conocí a un joven de 19 años que solo había hecho seis peleas como amateur… Derek Chisora. Nos dimos vida el uno al otro.
«Si no hubiera decidido parar a repostar, quizá nunca nos hubiéramos cruzado. Creo firmemente en Dios y el universo. Fue un pequeño acto de bondad, y Dios lo devolvió. Ahora, 50 peleas después, Derek sigue vigente, y yo lo entrené en 36 de ellas.»
Aunque el fin de semana será todo espectáculo, careos, declaraciones cruzadas y glamour, Charles es un hombre de vida sencilla, como lo demuestran los campos que rodean su gimnasio.
Desde su llegada al Reino Unido con 14 años, huyendo de la guerra civil en Nigeria, siempre ha trabajado. Seguridad en el West End, venta de ropa, floristería… hasta abrir su gimnasio en 2004.
«Soy un hombre africano, somos comerciantes por naturaleza», afirma con una sonrisa. «Todo lo que he hecho, lo he hecho exitoso.»
Don cobrará una cifra millonaria por la pelea entre Dubois y Usyk, pero deja claro que su motivación va más allá del dinero:
«Hace años ya lograba cosas sin dinero. Ahora que tengo más, quiero ayudar a más personas. También quiero montar mi propia granja, no para hacer dinero, sino para vivir de forma orgánica y volver a la naturaleza, como cuando era niño en África.»
Sin embargo, esa visión aún tendrá que esperar. Primero, el sábado por la noche, tiene un objetivo: ayudar a Dubois a hacer historia, con los títulos de The Ring, CMB, AMB, FIB y OMB en juego.
Dubois sigue siendo una figura reservada, que se beneficia de personalidades más expansivas como su entrenador Charles, su padre Stan y su promotor Frank Warren.
A diferencia de la primera pelea, donde solo tuvieron 14 semanas de trabajo juntos, esta vez han tenido tiempo de conocerse y corregir errores.
«A Daniel le negaron la victoria», insiste Don, haciendo referencia a la polémica por el golpe bajo. «Pero Dios dice: ‘Te lo voy a mostrar de nuevo, más grande y mejor’. Creo firmemente que todo sucede por una razón.
«Hemos trabajado más duro, nos conocemos mejor, y mira los resultados de Daniel en los últimos 20 meses. ¿Y a quién volvemos a encontrar en el último obstáculo? A Oleksandr Usyk. Ahora es nuestro turno. La recompensa es más grande.
«Como estoy sentado aquí, creo de verdad que Daniel lo vencerá y que tendremos éxito el 19 de julio en Wembley.»
Mucho se ha debatido sobre lo que Dubois necesita cambiar para destronar a Usyk. Anthony Joshua y Tyson Fury ya lo intentaron sin éxito.
Charles sabe que no todo se reduce al golpe al cuerpo; deben hacerse ajustes. Pero confía en el destino.
«No rezo solo por las noches», dice. «Rezo cada segundo, porque llevo la Biblia en mi corazón. Lo que le das al universo es una forma de meditación.
«Si está escrito, y creemos que está escrito por Dios, es porque está destinado. Esto es cuestión de destino.
«Sí, venimos en son de paz… pero es momento de buscar y destruir. Dios y el universo se encargarán del resto.»