Las cosas no debían salir así.
El 20 de abril de 2024, Devin Haney se preparaba para lo que parecía ser una defensa rutinaria más de su título mundial superligero del CMB. Pero Ryan García tenía otros planes. El carismático, aunque impredecible, contendiente subió al ring del Barclays Center en Brooklyn y logró derribar a Haney en tres ocasiones antes de llevarse una victoria por decisión.
Esa victoria, sin embargo, se vio empañada por la polémica: García dio positivo en un control antidopaje posterior al combate. Aunque oficialmente esa derrota fue eliminada del récord de Haney, hay una imagen imborrable: la del campeón levantándose de la lona, una y otra vez.
Este 2 de mayo, Haney (31-0, 15 KOs) buscará ofrecer una actuación contundente cuando regrese al ring para enfrentar a José Ramírez, en un combate pactado en peso intermedio de 144 libras. Si Haney gana, y García hace lo propio ante Rolando “Rolly” Romero en la misma cartelera, ambos se enfrentarían nuevamente en una esperada revancha.
Antes de su tropiezo, Haney era conocido por su personalidad desafiante y por estar dispuesto a pelear con quien sea, cuando sea. Ahora, los fanáticos se preguntan si eso ha cambiado.
¿Tomará decisiones más cautelosas en su carrera?
¿Evadirá a ciertos oponentes?
¿Sigue tan determinado como antes?
¿Ha perdido la confianza?
Todas esas dudas están sobre la mesa, y aunque Haney entiende la lógica detrás de ellas, también le molestan un poco. Luego de convertirse en campeón indiscutido en las 135 libras y de conquistar un título mundial en las 140, el oriundo de Las Vegas quiere dejar claro, tanto a sus seguidores como a sus críticos, que sigue siendo el mismo Devin ambicioso de siempre.
“Todavía tengo esa hambre,” aseguró Haney en entrevista con Naji en Cigar Talk. “Todavía quiero demostrar quién soy, todavía quiero demostrar que soy el mejor.”