Behind Enemy Lines es una sección ocasional en la que un boxeador describe la experiencia de viajar para pelear en el país de su oponente.

El sudafricano Zolani Tete había perdido ante su compatriota Moruti Mthalane en una pelea por el título mosca de la FIB y luego sufrió dos veces decisiones desfavorables como visitante en eliminatorias mundialistas del peso supermosca en México y Argentina.

Tete se mantuvo bien clasificado por la FIB debido a la naturaleza controvertida de esas derrotas. Estaba programado para enfrentarse a Unathi Gqokoma en una pelea por el título sudafricano.

El 29 de octubre le ofrecieron otra eliminatoria, esta vez contra el ex campeón de la FIB de las 115 libras, Juan Carlos Sánchez Jr., quien había perdido previamente su título en la báscula.

Sin tiempo que perder, Tete trasladó sus operaciones al día siguiente a Johannesburgo y entrenó en altura con su entrenador Mhikiza Myekeni.

Tete, Myekeni y su mánager Mlandeli Tengimfene salieron de Johannesburgo el lunes de la semana de la pelea a las 23:55 y volaron a Ámsterdam y luego a Ciudad de México, donde se quedaron un día antes de dirigirse a Mexicali.

Sin embargo, un incidente en medio de su viaje puso potencialmente sus vidas en riesgo.

“Cuando salimos del área restringida de llegadas [en Ciudad de México], vimos a dos tipos con un cartel de bienvenida que decía ‘Tete’ y nos dimos la mano; se llevaron nuestro equipaje y nos condujeron hasta el BMW”, recordó. “El coche se alejó del aeropuerto hacia donde [el promotor] Branco [Milenkovic] nos dijo que íbamos a pasar la noche. Mla. empezó a preguntarle al conductor exactamente a dónde nos llevaba y el conductor se quedó callado y, en lugar de responder, aceleró alejándose del aeropuerto.

“Hubo un intercambio de palabras y el problema del idioma se hizo evidente. Los ánimos se caldearon y Mla. habló en xhosa (nuestro propio idioma) diciendo: ‘Masitsibeni kweziya zibomvu.’ (saltemos en los semáforos en rojo). Todos saltamos justo antes de que el coche se detuviera. Por suerte, había una gasolinera al lado de la carretera y fue un caos total.

“Otro taxista llegó y rápidamente sacamos el equipaje del primer coche, lo metimos en el taxi y le pedimos que nos llevara al aeropuerto. El taxista, que no dijo muchas palabras, solo dijo ‘Aeropuerto’ y nos llevó de vuelta.”

“Fue un momento aterrador. Hasta hoy no podemos decir qué estaba pasando. No estamos seguros de si fue un intento de secuestro frustrado, o si esos tipos eran legítimos, o quizá todo se debió a la barrera del idioma.”

Tras llegar a Mexicali el jueves por la tarde, estaba 1,5 libras por encima del límite de la categoría y entrenó hasta dar el peso.

Tete tuvo que luchar contra la fatiga debido a un viaje agotador, sumado a una diferencia horaria de nueve horas entre su país y México.

En general fue tratado bien durante su estancia, aunque no estuvo exenta de ciertas maniobras de presión.

Milenkovic les había dado un consejo muy prudente antes de partir, subrayando que debían insistir en cobrar la bolsa antes de la pelea, pero en el pesaje nadie le hizo caso.

Tete dio 115 libras sin ningún problema, mientras que Sánchez Jr. estuvo por encima del límite y tuvo que salir a correr antes de dar el peso.

La mañana de la pelea volvieron a pedirle la bolsa al promotor, pero fueron ignorados.

Milkenovic les había contado una historia de cuando Simpiwe Nongqayi peleó en México y nunca le pagaron, y la FIB tuvo que intervenir; tardaron casi un año en recibir el dinero.

El día del combate, Tete desayunó y almorzó. Se dirigió al recinto, que estaba lleno.

Sin embargo, la bolsa seguía sin pagarse. Tengimfene le dijo al equipo que se mantuvieran firmes y que no subirían al ring, a pesar de que el anunciador llamaba el nombre de Tete y las cámaras de televisión estaban enfocándolos.

“Alguien fue al maletero de un coche y sacó 25.000 dólares; los contamos y entonces procedimos a ir al ring”, recordó.

El público, claramente a favor de Sánchez, animó a su hombre durante toda la pelea.

“Ambos éramos zurdos y espigados; se mostró boxeo al más alto nivel”, dijo. “El público se entretuvo con las caídas en los asaltos 5 y 6. En el quinto round atrapé a Sánchez Jr. con un izquierda–derecha, gancho y uppercut, y cayó a la lona. Él me atrapó en el sexto con un directo de izquierda y yo fui al suelo. [Hubo] deducciones de puntos en mi contra en los asaltos 8 y 9.

“Lo conecté con un buen uno-dos en el décimo asalto y el árbitro detuvo la pelea. El combate fue votado como la mejor pelea del año por la FIB en 2013.”

En el momento de la detención, la pelea estaba muy igualada: Tete iba arriba 84-83 en una tarjeta, abajo 87-79 en otra, mientras que el tercer juez la tenía empatada 83-83.

Después de la pelea, los aficionados le desearon lo mejor a Tete de cara al futuro.

“Fue increíble haberle ganado a Sánchez”, dijo con orgullo. “Me hice muchas fotos y firmé muchos autógrafos.

“Esa pelea siempre será la mejor de mi carrera; vencí a un boxeador que había derrotado a todos aquellos boxeadores que me ganaron en mis eliminatorias anteriores.”