SHEFFIELD, Inglaterra — Dave Allen fue claramente superado durante 12 asaltos castigadores por el demoledor pegador Arslanbek Makhmudov en el evento principal del sábado por la noche en Sheffield, y las tarjetas de puntuación lo dijeron todo.

Bob Williams entregó la más cerrada con 115-111, mientras que Jean-Robert Laine (116-110) y Pawel Kardyni (117-109) reflejaron una victoria más amplia para el resurgido ruso-canadiense, que vuelve a meterse en la conversación entre los pesos pesados de élite.

Makhmudov (21-2, 19 KOs) dejó clara su intención de enfrentar a Anthony Joshua, dos veces campeón mundial unificado, en su próxima pelea. Allen, por su parte, espera que ese combate se concrete, aunque duda de cómo le iría al gigante ruso ante una de las máximas estrellas del boxeo, incluso después del año de inactividad y recuperación de Joshua tras su derrota por nocaut técnico en el quinto asalto ante Daniel Dubois el pasado septiembre.

En un video de 10 minutos publicado en su canal de YouTube pocas horas después del combate, Allen (24-8-2, 19 KOs) reconoció haber sentido nervios antes de la pelea, principalmente por temor a ser noqueado en uno o dos asaltos.

“Estuve bastante contento con el primer asalto, lo superé, y mi mayor preocupación era que me mandara a dormir en uno o dos rounds. Es un hombre muy fuerte, nunca me habían golpeado tan duro. Sentía sus puños atravesando los guantes; en un momento pensé que me rompería los dientes,” relató mientras analizaba sus sensaciones a medida que avanzaban los asaltos.

“Estuve bien del segundo al cuarto asalto. Iba 4-0 abajo, pero sinceramente creí que podía ganar los últimos siete. Pensé que se estaba cansando, que empezaba a retroceder, pero el problema fue que su potencia no disminuía. Respiraba con dificultad, se aferraba, pero cada golpe seguía teniendo la misma fuerza.”

Allen tuvo su mejor momento en el quinto asalto y pensó que el combate podía cambiar de rumbo, pero recibía demasiados golpes limpios y el patrón se repitió una y otra vez: su bajo ritmo ofensivo permitió que Makhmudov lo castigara a placer.

“En el séptimo u octavo me golpeó en la parte superior de la cabeza y todo empezó a dar vueltas. Sentía que nos sujetábamos mientras girábamos muy rápido. Me lastimó seis o siete veces, dos de ellas seriamente. Tiene mucha experiencia, y cada vez que me conectaba, me empujaba hacia atrás con su uno-dos.”

A pesar de breves destellos de éxito con su derecha por encima en el noveno asalto, no sorprende que su entrenador principal, Jamie Moore, considerara detener la pelea faltando dos rounds.

“Estaba reventado. Estuve en buena forma, sin importar lo que diga la gente. No podría haber hecho más en estas 11 semanas, pero los golpes me drenaron toda la energía, me dejaron sin piernas. Jamie quería detenerme, ya lo había hecho con [Frazer] Clarke y [David] Price, pero no iba a permitirlo otra vez. Había demasiada gente en esa arena que pagó para verme. Pensé: ‘Voy a llegar hasta el final y seguir lanzando golpes… mientras sea seguro.’”