Las reputaciones significan poco para
Conah Walker.
El 6 de diciembre, el púgil de 30 años viajará a Montecarlo, en la Riviera Francesa, para realizar la segunda defensa de su título británico del peso wélter ante
Pat McCormack.
Una victoria lo acercaría aún más a una oportunidad por un cinturón mundial en las 147 libras, además de arrebatarle a
McCormack su puesto número 4 en la clasificación de la WBA.
Walker (16-3-1, 7 KOs) nunca se suponía que llegaría tan lejos. El boxeador de Wolverhampton ha tenido que abrirse camino a base de lucha y sacrificio. McCormack (8-0, 6 KOs), por el contrario, ha sido preparado para noches como esta desde que ganó la medalla de plata en los retrasados Juegos Olímpicos de 2020.
“Mira, él puede ser lo que quiera: medallista olímpico de plata, Muhammad ‘soy Bruce Lee y soy duro’. No importa”, dijo Walker a
The Ring.
“Sé lo bueno que es, un peleador muy bueno, pero él tiene que ser bueno durante los 12 asaltos, mientras que yo solo tengo que ser bueno durante 15 segundos. En cuanto le aterrice un golpe, vendrá una avalancha.”
Aunque indudablemente talentoso, McCormack también tiene 30 años y solo ha boxeado ocho veces, acumulando 45 asaltos desde su debut profesional en marzo de 2023. En ese mismo periodo, Walker se ha consolidado como uno de los boxeadores más mejorados y entretenidos del boxeo británico.
Ha vencido a prospectos como Cyrus Pattinson y a veteranos como Lewis Ritson y Liam Taylor.
En enero arrebató los títulos británico y de la Commonwealth a un campeón respetado y sólido como Harry Scarff, después de haber llevado al actual campeón mundial IBF Lewis Crocker al límite en una guerra de diez asaltos siete meses antes.
El corazón y la valentía de Walker nunca han estado en duda, pero los últimos tres años también le han demostrado lo que es capaz de hacer técnicamente. Cree que ha respondido preguntas que McCormack todavía no ha tenido que afrontar.
“Él aún tiene que demostrárselo a sí mismo. Es un gran peleador, no me malinterpretes. Muy talentoso, pero aún no ha demostrado lo que yo ya me he demostrado a mí mismo y a todos los que me ven”, comentó.
“La gente sabe qué esperar cuando salgo a pelear. Yo sé lo que tengo en mi arsenal; él aún no lo ha descubierto. Le deseo lo mejor, pero no voy a salir de ese ring sin la victoria.”
Incluso en los altibajos del inicio de su carrera profesional, Walker siempre fue un tipo optimista y con una convicción inquebrantable en que eventualmente tendría éxito. Ahora que sus esfuerzos son finalmente recompensados, esa autoconfianza se ha convertido en la seguridad real de que está destinado a la cima.
Walker apunta a entrar en la élite mundial en 2026 y no ve forma alguna de que McCormack arruine esos planes.
“Creo que será una paliza de un solo lado por mi parte”, continuó.
“No ha sido desafiado, no ha marcado las casillas que yo ya marqué. Le ganó a un Robbie Davies pasado de su mejor momento, que ni siquiera debería haber estado en el ring, y a un mexicano de 40 años [Miguel Parra, a quien McCormack detuvo en septiembre, en realidad tiene 32]. No hay nada ahí. He estado en primera fila en sus peleas y no me impresionó.
No tiene la potencia para frenarme. Y en cuanto a la inteligencia de ring, no ha desarrollado aún el perfil de un boxeador profesional. Sigue teniendo rasgos de amateur, malos hábitos, y voy a explotarlos.”