LONDRES, Inglaterra —
Oleksandr Usyk intentará continuar su campaña de dominio sobre el boxeo británico este sábado por la noche en el estadio de Wembley, aunque en realidad todo comenzó hace casi 18 años, a unos 300 kilómetros al norte, en circunstancias mucho más discretas.
Este fin de semana, Usyk
se enfrentará por segunda vez a Daniel Dubois, en el que será el primer combate del ucraniano bajo el icónico arco del Estadio Nacional al noroeste de Londres. La pelea
se transmitirá en directo por DAZN PPV.
El campeón mundial de peso pesado de The Ring llegó esta semana al Reino Unido con un récord profesional de 7-0 (2 KO) ante púgiles británicos, incluidas dos victorias antes del límite contra Tony Bellew y el propio Dubois.
De hecho, el sábado marcará su séptima pelea consecutiva contra un peso pesado británico, una racha que incluye a Dereck Chisora,
Anthony Joshua y
Tyson Fury (ambos en dos ocasiones), así como su primer triunfo sobre
Dubois. A lo largo de este recorrido, Usyk ha llegado a poseer los cuatro cinturones mundiales de los pesos pesados.
Pero si retrocedemos más aún, encontramos que el Reino Unido siempre fue un terreno fértil para Usyk. En 2008, durante su primera visita, ganó el Campeonato Europeo de Aficionados en Liverpool, sumando cinco victorias y llevándose la medalla de oro. Aunque la única “confrontación” con un británico en aquella ocasión fue fuera del ring… y fuera del recinto.
Una sonrisa se dibuja en su rostro cuando le recuerdan aquel viaje:
“Lo recuerdo muy bien,” cuenta Usyk a
The Ring. “Sobre todo porque me quedé en un hotel muy grande.
“Cuando gané el torneo, caminábamos de vuelta al hotel, pero llovía mucho.
“Vi a una joven sentada en el suelo, bajo la lluvia. Estaba borracha, quizás era sábado, pero allí estaba, cerca del hotel, con cinco amigos.
“Le dije: ‘¡Oye, ¿qué haces? ¡Levántate, es un problema, está lloviendo!’
“Entonces, esa mujer, todavía sentada en el suelo, hizo esto,” dice levantando el dedo medio, “y me dijo: ‘¡vete a la m****!’
“No supe qué decir, así que solo dije ‘ok’ y me fui.”
Ese sigue siendo el primer y único momento en que Usyk se retiró de una “pelea” en suelo británico.
Cuatro años después, Usyk regresó al Reino Unido para disputar los Juegos Olímpicos de Londres 2012 como peso pesado de 91 kg, logrando tres victorias más, incluyendo una contra el futuro campeón unificado del peso semipesado Artur Beterbiev, camino al oro.
En marzo de 2013, a pocos kilómetros del recinto donde se consagró olímpico, Usyk venció a su primer británico como profesional: superó por puntos a Joe Joyce en un evento de la World Series of Boxing en el mítico York Hall. En la misma velada, Vasyl Lomachenko derrotó a Sam Maxwell.
Han pasado ya 12 años desde aquella noche.
Lomachenko ha ido y venido como profesional, mientras que el futuro de Joyce, que después ganó la plata olímpica, es incierto tras sufrir cuatro derrotas en sus últimas cinco peleas. Tiene 39 años.
Pero Usyk sigue en activo. No ha ocultado que posiblemente le queden solo dos combates más antes de retirarse, con una despedida en Ucrania planeada para 2026, pero todavía no ha terminado. Pelear en Wembley será otro objetivo cumplido, y una victoria lo convertiría en el primer campeón de peso pesado dos veces unificado con los cuatro cinturones.
En aquel primer viaje a Liverpool, celebró el oro yendo a una rave de drum and bass underground en la ciudad. También se fue de compras: “Compré unas camisetas,” recuerda. “Everlast, Lonsdale… me sentía realmente genial.”
Pero ahora, con 38 años, las cosas son diferentes. Sus hijos lo acompañan en los campamentos de entrenamiento, ya que no quiere estar semanas lejos de ellos. A lo largo de los años ha entrenado en distintas bases, siempre decoradas con frases motivacionales. Antes de vencer a Fury, una de las paredes decía: “El péndulo de Newton ya ha empezado.”
Se ríe al recordarlo: “Eso solo significaba que el juego había comenzado.”
“Pero esa frase siempre permanecerá en mí, aunque ahora he cambiado mi forma de pensar.
“A lo largo de los años he cambiado mi entrenamiento y, en general, he cambiado porque he madurado. He aprendido más, he conocido más, así que he cambiado.
“Ahora, en el campamento, mis frases son: ‘Mira mamá, puedo volar’, o mi hijo me dice: ‘Papá, es difícil’, y yo le digo: ‘No, es fácil’.”
A veces, Usyk ha hecho que pelear y ganar contra británicos parezca precisamente eso: fácil. Pero ahora le toca a Dubois intentar hacerle sentir su edad de una noche para otra.