La imprevisibilidad de una pelea suele marcar qué tan intrigante será cuando dos pugilistas suban al cuadrilátero.
Y no faltan caminos posibles para el choque entre
Saúl “Canelo” Álvarez y Terence Crawford este sábado en el Allegiant Stadium de Las Vegas, transmitido por Netflix. Esa dosis de incertidumbre es, de hecho, lo que corresponde en un duelo que enfrenta a dos de los mejores libra por libra de su generación.
Álvarez (63-2-2, 39 KOs), campeón en cuatro divisiones y dos veces indiscutido en el peso supermediano, hará la primera defensa de su segundo reinado con los cuatro cinturones en juego frente a Crawford. Viene de una victoria poco espectacular
por decisión unánime sobre William Scull el 3 de mayo en Arabia Saudita, con la que añadió el título de la FIB a su colección. El oriundo de Guadalajara, Jalisco, marcha 11-0 con cuatro nocauts en las 168 libras y defendió la corona indiscutida cuatro veces en su primer ciclo antes de ser despojado del fajín de la FIB en julio de 2024 por elegir enfrentar a Edgar Berlanga en lugar del retador obligatorio Scull.
Crawford (41-0, 31 KOs), también campeón mundial en cuatro divisiones y dos veces indiscutido, dará un salto de peso considerable: de 154 a 168 libras. Tras noquear a ocho rivales consecutivos en peso wélter para unificar, el nacido en Omaha, Nebraska, subió a 154 libras y derrotó por ajustada decisión unánime a
Israil Madrimov en agosto de 2024, coronándose campeón de la AMB en su cuarta categoría.
¿Está
Crawford sobrepasando sus límites al subir 14 libras para enfrentar a Canelo? ¿Ha comenzado el tiempo a pasarle factura a Álvarez? Estas son las cinco preguntas candentes rumbo a la súper pelea de este fin de semana.
¿Cuánto afectará el peso a Crawford?
Es la cuestión más decisiva que probablemente marque el rumbo de la pelea.
Un salto de 14 libras es significativo para cualquier boxeador. No solo será el debut de Crawford en supermediano, sino que apenas tuvo una pelea en 154 libras antes de dar este salto.
Aunque Crawford, de 37 años, es medio pulgada más alto y cuenta con casi cuatro pulgadas de ventaja en alcance, no cabe duda de que Canelo es el más grande y fuerte físicamente. Si contamos sus cinco peleas en peso pactado de 155 libras, Álvarez ha combatido por encima del límite superwélter en 22 ocasiones, incluidas dos en semipesado (175 libras).
Crawford, que ganó su primer título mundial en 135 libras, parece haber transformado su físico y sumado bastante músculo para este compromiso. Eso puede ser un arma de doble filo: más fuerza implica más desgaste si debe moverse constantemente o contener a Canelo durante 12 asaltos en un peso que no le es natural.
El peso en el que marque la báscula también será revelador. Si está en 162-165 libras, puede indicar que apostará a la velocidad y al boxeo de desplazamiento. Mantenerse ligero podría ser su mejor estrategia como peleador naturalmente más pequeño. Pero si llega al límite de 168, sería señal de que pretende plantarse y
competir en fuerza con Álvarez.
Si el peso lo vuelve lento, su camino a la victoria será mucho más complicado. Pero si Crawford es solo una versión más grande del boxeador que ha brillado en la última década, su velocidad y versatilidad podrían darle el triunfo más grande de su carrera.
¿La pelea con William Scull mostró al Canelo actual?
Es innegable que gran parte de la responsabilidad recayó en Scull, quien rehuyó el intercambio y pasó gran parte de la pelea en movimiento.
Sin embargo, no faltaron señales preocupantes en la actuación de Canelo.
Con 35 años, se le vio más lento, con dificultades para cortar el ring y conectar golpes contundentes. Parecía un boxeador en declive, incapaz de atrapar a su rival. Incluso su físico lucía menos afinado que de costumbre.
Claro que hubo factores externos: el viaje inédito a Arabia Saudita, la adaptación horaria, la logística de alimentación y entrenamientos. Todo ello pudo haber afectado su preparación.
Ahora, ante Crawford en Las Vegas, Canelo vuelve a su hábitat natural: será su decimoctava presentación estelar en la “Ciudad del Pecado”. Si eso lo devuelve a su mejor versión, el panorama se torna mucho más favorable para él.
¿Podrá Crawford resistir la pegada de Canelo?
Es casi seguro que en algún momento Canelo conectará limpio. Y ese instante podría llegar temprano, dado que Crawford suele arrancar lento mientras estudia a sus rivales.
La reacción de Crawford a ese golpe será clave para el desarrollo de la pelea.
Si cada impacto claro de Álvarez logra dañarlo o hacerlo retroceder, el panorama será sombrío para el estadounidense. Pero si su quijada y su resistencia aguantan, podrá plantar cara, contragolpear y hasta intentar empujarlo hacia atrás.
La capacidad de Crawford para pelear en corto, elegir sus momentos a media distancia o hacer retroceder a Canelo será probablemente su mejor ruta a la victoria. Si soporta la pegada, la sorpresa se vuelve mucho más factible.
¿Le queda a Canelo una última gran actuación?
No sería exagerado decir que su última gran exhibición fue en noviembre de 2021, cuando noqueó a Caleb Plant en el undécimo asalto para convertirse en el primer campeón indiscutido de México.
Desde entonces perdió con Dmitry Bivol en semipesado y ganó seis peleas más, siempre como amplio favorito y muchas veces sin la ambición de cerrar con nocaut. Sus combates recientes siguieron un patrón: ventaja inicial y luego administrar hasta la decisión. En su prime, probablemente habría liquidado a la mayoría de esos rivales.
Álvarez sigue siendo de élite, pero los 67 combates de una carrera profesional iniciada en 2005 comienzan a dejar huella. El Canelo que arrasó la división supermediana en apenas 11 meses entre 2020 y 2021 no ha vuelto a aparecer.
Existe el dicho de que todo gran boxeador tiene al menos una última gran actuación en su interior. Canelo ya demostró su grandeza; ahora necesitará rescatarla una vez más para vencer a Crawford y reforzar su legado como el mejor de esta era.
¿Quién tiene más gasolina en el tanque?
Ninguno brilló en su última presentación. Canelo-Scull fue una de las peleas de título más flojas de los últimos tiempos, mientras Crawford tuvo que exigirse al máximo para superar a Madrimov.
Ambos siguen siendo grandes campeones, aunque ya están al final —o incluso fuera— de su prime. Eso no significa que no conserven ese “cambio extra” que distingue a los elegidos.
Los mejores saben elevarse en el momento clave. Crawford lo mostró en julio de 2023 al transformar una pelea considerada 50-50 en una paliza unificada al tumbar tres veces a Errol Spence Jr. camino al nocaut en el noveno asalto. Canelo lo hizo en septiembre de 2018, cuando venció a Gennadiy Golovkin en su segunda guerra táctica, uno de los combates más memorables de la última década.
El sábado, frente a frente, ambos parecen haber encontrado al compañero de baile perfecto para sacar lo mejor de sí. Y será aquel cuya “mejor versión” resulte superior quien levante la mano en la noche más grande del boxeo en 2025.