El sueño de Callum Simpson de llevar una pelea por el título mundial a Barnsley dio un paso importante este sábado por la noche, luego de que el invicto británico de 28 años se levantara de la lona en dos ocasiones para noquear al peligroso italiano Ivan Zucco en diez intensos asaltos a todo o nada en el estadio Oakwell, en la localidad de Yorkshire.

Mientras Zucco era trasladado al hospital para pruebas de precaución, el nuevo campeón europeo del peso supermediano mostraba con orgullo su cinturón y comenzaba a imaginar el futuro.

En agosto del año pasado, la promotora Boxxer se arriesgó al llevar la pelea por los títulos británico y de la Commonwealth entre Simpson y Zak Chelli a Oakwell, y el ídolo local respondió llenando el recinto con 7,000 aficionados.

Anoche, 15,000 personas asistieron para ver su combate ante Zucco, y Simpson ya sueña con volver a ampliar el escenario para el próximo verano.

“El año pasado hicimos los títulos británico y de la Commonwealth, esta noche conquistamos el europeo. El año que viene vamos a traer un título mundial aquí. ¿Por qué no?”, declaró Simpson (18-0, 13 KOs) tras la pelea.

“Escucha, no hay nadie haciendo lo que estamos haciendo. Somos un pequeño pueblo minero en el sur de Yorkshire, y mira lo que hemos logrado. Me quedo sin palabras.

“Sabía que iba a ser una pelea muy, muy dura. Me entrené fuerte esperando un combate así, y es exactamente el tipo de desafíos a los que tengo que enfrentarme.

“Quiero ser campeón mundial el próximo año, y estas son las peleas que necesito.”

Sin embargo, lo que parecía una noche soñada estuvo cerca de convertirse en pesadilla. Simpson fue derribado apenas a los ocho segundos del primer asalto, y nuevamente —de forma más contundente— en el tercer episodio.

Tras la pelea, su equipo aseguró que la manera en que reaccionó a las caídas disipó cualquier duda y que el púgil implementó con precisión los ajustes técnicos y tácticos que habían planeado.

Después de pasar demasiado tiempo plantado de frente ante Zucco (21-1, 18 KOs) en los primeros asaltos, Simpson empezó a encontrar su distancia ideal y fue minando la resistencia del valiente italiano. En el décimo asalto, derribó a su rival en tres ocasiones, obligando al árbitro a detener la pelea de forma dramática.

La semana pasada, el mánager de Simpson, Kevin Maree, dijo a The Ring que la fortaleza mental y la capacidad de concentración del púgil son únicas, y la forma en que manejó esta primera gran crisis en su carrera lo demostró con creces.

“Las piernas estaban bien, todo estaba bien,” explicó Simpson. “Creo que fue la madurez. No dejé que me afectara. Simplemente me reenfoqué y volví al trabajo. Me volvieron a tumbar, pero no dejé que me sacara del combate. Creo que el primero fue un flash knockdown, y en el segundo, el equipo me dijo que tomara mi tiempo y me levanté.

“Estamos subiendo de nivel. No hay peleas fáciles, pero nunca me rendí.”

Simpson ha sido guiado de forma impecable hasta ahora y ha construido un poder de convocatoria que le garantizará voz en cualquier negociación por un título mundial.

Hasta anoche, Simpson jamás había visitado la lona ni en el boxeo amateur ni como profesional, y levantarse para ganar marcó un nuevo hito en su carrera. En los últimos doce meses ha demostrado que puede soportar la presión y las expectativas de liderar eventos importantes, y anoche superó a su primer rival invicto, resistió golpes duros, y lidió con su primer corte facial.

Su volumen de golpeo y capacidad para definir peleas ya eran conocidos, pero esta vez mostró una faceta distinta de su repertorio.

“Yo tengo ese espíritu guerrero dentro de mí,” afirmó Simpson. “Lo he dicho desde el primer día. Yo lo sé, mi equipo lo sabe. Tal vez necesitaba una pelea así. Fue duro, Zucco tenía 21 peleas y había noqueado a 18. Es un tipo muy, muy fuerte.

“Nunca iba a rendirme. Entrené demasiado fuerte para abandonar. Habría sido fácil después de caer dos veces en los tres primeros asaltos, pero tengo ese temple de Yorkshire. Nunca me voy a rendir. En Barnsley estamos hechos de otra pasta.”