Breyon Gorham se tomó su tiempo y desmanteló a Yomar Álamo la noche del sábado, imponiéndose por amplia decisión unánime en 10 asaltos en un combate de nivel superior en Houston, Texas.

Los tres jueces dieron la victoria al púgil local con tarjetas de 99-91 (dos veces) y 98-92 en el Bayou Music Center, donde encabezó la velada OTX-16.

Sobre el papel, Yomar Álamo (22-5-1, 13 KOs) representaba el rival más duro hasta la fecha para Gorham. Llegaba tras derrotas frente a Richardson Hitchins (campeón FIB) y Liam Paro (ex campeón FIB).

Hace seis meses había caído por decisión unánime ante Jamaine Ortiz en Orlando, Florida.

“Ha estado en el ring con muchos de los mejores”, señaló Gorham, quien presentó una abrasión en la mejilla derecha tras el primer asalto. “Yo acabo de demostrar que estoy entre los mejores”.

Gorham (21-0, 16 KOs), ansioso por irrumpir en el top 10 de las clasificaciones, empezó a soltarse a partir del quinto asalto, utilizando esporádicamente el jab mientras acortaba la distancia y hacía sentir el peso de sus golpes.

Álamo recurrió a un efectivo shoulder roll para desviar impactos y se recostaba hacia atrás, aunque Gorham no siempre acompañaba con el paso para sacar la máxima ventaja.

En el séptimo, Gorham conectó derechas consecutivas que llevaron a Álamo contra las cuerdas, pero no pudo dar continuidad al ataque al caer en amarras.

Álamo lucía exhausto en el octavo y se concentró en moverse y evitar intercambios hasta que un gancho de izquierda al cuerpo por parte de Gorham lo dejó fijo contra las sogas.

Gorham no mostró preocupación por la réplica, ya que Álamo no asentaba sus golpes y carecían de potencia.

El castigo al cuerpo marcó la diferencia, minando las fuerzas de Álamo en la recta final.

“Le conecté muchos golpes fuertes”, afirmó Gorham. “Lo vi sentido, lo noté en sus ojos. Tenía que seguir aplicando presión”.