Si hay algo de verdad en la superstición de que la mala suerte viene en tríos, entonces Brad Rea está a punto de entrar en una etapa dorada de su carrera.

Pocas semanas después de que la retirada de Constantino Nanga le costara un viaje a Arabia Saudí y una vitrina de alto perfil en la cartelera del esperado combate por el título indiscutido del peso semipesado entre Artur Beterbiev y Dmitry Bivol, a Rea se le presentó otra oportunidad que podría cambiarle la vida.

Cuando Shakan Pitters se vio obligado a retirarse de su combate por el título europeo ante Daniel Blenda Dos Santos el pasado fin de semana, Rea no dudó en aceptar el reto con apenas tres días de antelación para medirse al campeón francés.

Con récord de 20-1 (10 KOs), Rea viajó a Londres, dio el peso y estaba listo para ponerse los guantes cuando se enteró de que Dos Santos había decidido no pelear, alegando estar enfermo.

Han sido dos años y medio de lucha para Rea, tratando de regresar a la primera línea después de ser injustamente marginado tras una cerrada derrota por decisión ante Tyler Denny. Este último golpe de mala suerte dejó al púgil de 27 años, oriundo de Stretford, visiblemente desconcertado.

“Mirándolo ahora en retrospectiva, creo que hubo algunas señales aquel día, pero uno entra en modo pelea y no se fija en nada,” contó a The Ring, sobre las horas previas a la cancelación.

“Estaba en el recinto y vi al médico. Me dijo: ‘¿Tu rival va a venir, entonces?’. Me pareció un comentario bastante jodido, pero solo respondí: ‘Espero que sí’.”

“Obviamente, ya sabían algo en ese momento, pero como digo, cuando estás mentalizado para pelear, todo eso te pasa por encima.”

“Entré, busqué a Izzy [Asif, el promotor del evento], y cuando vi que me miró a los ojos y noté su expresión… supe exactamente lo que estaba pasando.”

En otras ocasiones, los momentos más decepcionantes para Rea venían acompañados de la sensación de haber sido olvidado de inmediato. Esta vez fue distinto. A pesar del caos, su accidentada semana no terminó con un silencioso regreso al norte del país, y muchos sienten que por fin la suerte podría empezar a jugar a su favor.

En febrero, Dos Santos también se vio obligado a cancelar una defensa ante Pitters tras no pasar una prueba cerebral. Su retirada de última hora ante Rea forzó a la EBU a actuar rápidamente. La semana pasada, el organismo anunció que Dos Santos había sido despojado del título, y ordenó que Rea y Pitters se enfrenten por el cinturón vacante. El combate será organizado por GBM Sports.

Aunque Pitters necesita tiempo para recuperarse de los problemas que lo obligaron a retirarse, una vez reciba el visto bueno médico y se fije una fecha, Rea tendrá alrededor de tres meses para preparar una pelea por el título europeo —mucho mejor que los tres días que tuvo la última vez.

“Lo único que me preocupaba era que despojaran a Dos Santos, Pitters quedara como siguiente en la lista, y yo, que fui el reemplazo de última hora, terminara siendo descartado,” comentó Rea.

“Pero ahora que he visto mi nombre en el papel, eso me ha dado un poco de tranquilidad.”

“Asumí un riesgo tremendo contra el campeón europeo con solo tres días de aviso y ahora estoy en una posición en la que, de nuevo, la gente está hablando de mí, y voy a tener una oportunidad por el título europeo con una preparación completa. Supongo que hay que mirar el lado positivo.”

“No voy a creerme que esta próxima pelea es real hasta que vea a Pitters delante de mí, tirándome un jab a la cara. Ahí tal vez entienda que estoy peleando de verdad. Ya me toca un poco de suerte, ¿no? Y todo pasa por una razón. Si el motivo de todo esto es que termine venciendo a Pitters para convertirme en campeón de Europa, entonces que así sea.”

Los episodios con Nanga y Dos Santos son solo los últimos ejemplos de la mala suerte o maltrato que ha sufrido Rea. Todo comenzó en noviembre de 2022, cuando cayó por decisión ante Denny.

Después de forjar su reputación en los pequeños recintos del circuito nacional, dio un salto durante la pandemia al noquear en el primer asalto a Lee Cutler en una velada de Matchroom.

Aquel brillante desempeño no le valió un contrato, y meses después apareció en una cartelera de Boxxer. Sumó cuatro victorias más, incluyendo un fulminante nocaut en el primer asalto sobre el invicto Craig McCarthy, lo que le valió una pelea por el título inglés de peso mediano ante Denny.

Nadie imaginaba que una pelea competitiva entre dos boxeadores talentosos tendría consecuencias tan dispares. Denny ganó por decisión, luego conquistó el título europeo y peleó ante Hamzah Sheeraz en Wembley. Rea fue relegado y no ha vuelto a aparecer en televisión desde entonces.

Si finalmente logra escalar dos niveles y entrar directamente en una pelea por el título europeo, pocos podrían reprochárselo.

“Es una locura. Siempre sentí que, cuando tuve peleas televisadas, fui emocionante, que es lo que la gente quiere ver,” afirmó Rea.

“Gane o pierda, no creo que pudiera haber ofrecido mucho más. Pero bueno, al final del día, solo tienes que tragar y seguir adelante.”

“Siempre tuve la mentalidad de que los récords son para los DJs. Súbete con quien sea. No quieres perder, pero si pasa, pues te levantas. Creo que, viendo lo que me pasó, se entiende por qué muchos boxeadores tienen miedo de tomar esos riesgos.”

Hoy en día, los promotores dicen querer cambiar la mentalidad del boxeo, premiando a quienes se enfrentan a verdaderos retos y entretienen, en lugar de proteger récords invictos. Rea, sin embargo, bien podría escuchar estos discursos y limitarse a sacudir la cabeza.

Ha respondido a cada llamada, y fue castigado severamente la primera vez que no resultó a su favor.

Lejos de criticar a los que toman el camino más seguro, ahora entiende perfectamente por qué lo hacen.

“Entiendo por qué lo hacen. Probablemente hace unos años los llamaba cobardes, pero ahora lo veo distinto,” reconoció.

“El boxeo es un deporte muy ingrato. Creo que ahora están intentando llevarlo por otro camino, un poco más como la UFC, donde las derrotas no importan tanto y peleas contra quien te pongan.

Pero si mi caso sirve de ejemplo, se entiende perfectamente por qué muchos no quieren arriesgarse.”

A pesar de todo, Rea no ha dejado que la decepción cambie su mentalidad, y no piensa empezar a decir “no”.

“A fin de cuentas, acepté una pelea con tres días de aviso, ¿no? Así que no, no lo creo.”