LAS VEGAS — Darius Fulghum y Bektemir Melikuziev lo dejaron todo sobre el ring en una intensa eliminatoria por el título supermediano de la AMB este viernes por la noche, y fue Melikuziev quien hizo lo justo para llevarse una victoria por decisión unánime en una batalla de ida y vuelta cargada de acción.

Los jueces marcaron la pelea 114-112 de forma idéntica en las tres tarjetas, en un combate cerrado que incluyó una caída de Fulghum en el duodécimo asalto. Incluso las estadísticas de golpes reflejaron la paridad: según CompuBox, Melikuziev conectó 170 de 442 golpes, mientras que Fulghum aterrizó 169 de 407.

La pelea encabezó una velada de Golden Boy transmitida por DAZN, en la que el promotor enfrentó a dos de sus mejores púgiles de las 168 libras para determinar a quién impulsar hacia una eventual oportunidad frente al campeón indiscutido, Canelo Álvarez.

Melikuziev (16-1, 10 KOs), fiel a su apodo de "The Bully", salió agresivo, presionando con intensidad, aunque Fulghum (14-1, 12 KOs), con apenas cuatro años como profesional, demostró rápidamente que no sería presa fácil.

Tras un primer asalto reservado, el uzbeko zurdo —medallista de plata olímpico en Río 2016— se soltó en el segundo asalto con varios zurdazos potentes, incluyendo un golpe al cuerpo que hizo eco en la esquina. En el tercer round, continuó imponiendo su ritmo y acorralando eficazmente a Fulghum con su agilidad para cortar el ring.

Melikuziev entró en ritmo durante el cuarto, pero Fulghum respondió de inmediato en el quinto con una serie de uppercuts que le rompieron la nariz al uzbeko. Sin embargo, Melikuziev terminó fuerte el round con una izquierda demoledora en los últimos 20 segundos.

El sexto asalto fue de ida y vuelta, con Fulghum concentrando sus ataques al cuerpo. En el séptimo, el árbitro Thomas Taylor, tras varias advertencias por sujetar, le descontó un punto a Melikuziev, quien, consciente de que el combate podía escaparse en las tarjetas, intensificó su ataque con jabs potentes para salvar el round.

En el octavo, un choque accidental de cabezas provocó una inflamación inmediata en el pómulo izquierdo de Melikuziev, en otro asalto parejo. Fulghum tomó la iniciativa en el noveno con castigo al cuerpo, pero Melikuziev recuperó terreno en el décimo.

El undécimo fue un auténtico intercambio de metralla: ambos buscaron con desesperación el golpe que definiera la pelea. Agotados por el desgaste, ambos terminaron cayendo a la lona tras perder el equilibrio, más por fatiga que por castigo.

Pero en los primeros segundos del duodécimo asalto, Melikuziev finalmente encontró lo que buscaba: conectó una zurda corta y certera que mandó a Fulghum a la lona. Aunque el estadounidense cayó desbalanceado y se recostó sobre las cuerdas, no pareció estar lastimado y se reincorporó para terminar de pie.

Tras el campanazo final, ambos peleadores alzaron las manos convencidos de haber hecho lo suficiente. Pero esa noche, solo uno podía salir con la victoria.

Melikuziev se llevó la decisión unánime y se posiciona como un serio contendiente en el panorama supermediano.