SHEFFIELD, Inglaterra — La entrada al ring de
Arslanbek Makhmudov fue recibida con una lluvia de abucheos, tal como se esperaba. Pero aunque este temible guerrero visitante no logró ganarse al público al final del combate, sí se marchó con un renovado optimismo sobre lo que viene en la siguiente etapa de su carrera.
El ruso-canadiense de 36 años soportó momentos exigentes, resistiendo el ímpetu y la presión de
Dave Allen, boxeando con potencia y control a la contra durante largos tramos del combate, a pesar de sufrir dos deducciones de puntos en la segunda mitad de una pelea tensa. Al sonar la campana final, no pudo evitar reconocer y agradecer al público de 9,000 aficionados del Utilita Arena, que acababan de ver a su héroe local claramente superado.
“Lo siento, chicos. Sé que él es su boxeador favorito, pero les dije que iban a amarme... Respeto mucho a este hombre, tiene un corazón de león, una mandíbula increíble, nunca vi algo así. Lo siento, hermano, no era momento de ser amable antes de la pelea”, dijo Makhmudov a Allen durante la entrevista posterior al combate.
Allen respondió con una sonrisa:
“Es el tipo más aterrador que he visto, pero también es un caballero.”
Ambos se abrazaron antes de seguir caminos distintos. Allen (24-8-2, 19 KOs) aseguró que no piensa retirarse, mientras que Makhmudov (21-2, 19 KOs) vuelve a posicionarse tras conquistar el título Intercontinental de la AMB.
El CEO de Matchroom, Frank Smith, reveló a
The Ring que estarán atentos al combate
Frazer Clarke vs. Jeamie Tshikeva, el 25 de octubre, por el vacante título británico de los pesos pesados, una pelea cuyo ganador podría enfrentar a Allen más adelante.
Matchroom mantiene una opción contractual sobre el próximo combate de Makhmudov, y decidirán junto a Eye of The Tiger Management sus siguientes pasos cuando el ruso se haya recuperado completamente. El propio Makhmudov confesó sospechar que se fracturó la mano derecha debido a la dureza de Allen.
Aun así, el objetivo está claro: nombres de nivel mundial y peleas lucrativas, con una meta soñada en mente:
“Solo quiero a
Anthony Joshua. Ya hicimos un acuerdo verbal; es mi pelea soñada. Quiero descansar y ver a mi familia, pero desde antes de esta pelea, mi enfoque era claro: este era el combate de mi vida, y el siguiente paso es Joshua, eso es todo.”
Curiosamente, cinco horas después, en Filadelfia, uno de sus antiguos rivales, Guido
Vianello, también llamó públicamente a Joshua tras noquear a Alexis Barrière, avivando la conversación sobre un posible futuro enfrentamiento con el británico.
Aunque Makhmudov fue derrotado por Vianello en agosto pasado, esta victoria sobre Allen —la primera pelea de 12 asaltos completada en su carrera— representa un paso firme hacia adelante.
Durante la conferencia de prensa, Makhmudov admitió estar sorprendido por la resistencia de Allen, quien absorbió golpes demoledores sin ceder terreno:
“Me impresionó muchísimo. Nadie quiere pelear conmigo, muchos cambian de opinión, pero él no. Aguantó los 12 asaltos. Mi entrenador, Marc [Ramsay], me dijo: ‘Tiene valor, pero no técnica; boxéalo y lo detendrás en seis asaltos.’ Pensé que lo pararía en el primero, pero ni en doce pude hacerlo. Tiene una mandíbula de hierro; no es normal.”
Ramsay coincidió con la evaluación:
“Esperábamos este tipo de pelea. Fue una buena actuación, aunque hay cosas que trabajaremos en el gimnasio. Era su primera vez peleando 12 asaltos; manejar el tiempo y la energía fue nuevo para él. En el sparring se puede simular, pero no es igual. Ahora que vivió la experiencia, podemos hacerlo mejor la próxima vez.”
Sobre Joshua, Makhmudov recordó que ambos tienen historial compartido desde el boxeo amateur. De hecho, el ruso lo noqueó en 2014 durante la World Series of Boxing, y previamente lo había derrotado por puntos en un torneo ese mismo año.
Aun así, Smith fue cauto, señalando que ambos siguen caminos distintos, especialmente mientras se rumorea
que Joshua podría volver al ring en diciembre en Accra, Ghana.
Makhmudov, por su parte, concluyó con una reflexión sobre su ética de trabajo y mentalidad:
“Si pierdo, no culpo al entrenador, la culpa es mía. Entrenaba dos veces al día y pensaba que era suficiente, pero este año entrené tres veces diarias: boxeo, acondicionamiento, técnica... todo. Si haces todo eso y no ganas, no puedes odiarte. Ganar o perder, puedo relajarme sabiendo que lo di todo. Esa es mi filosofía.”