Anthony Olascuaga retuvo su título mundial de peso mosca del OMB de manera polémica, derrotando a Hiroto Kyoguchi por decisión unánime en una pelea reñida en el Ryogoku Kokugikan Arena de Tokio.

Las tarjetas de los jueces fueron 117-111, 118-110 y 114-113 a favor del estadounidense. Pero a pesar de un derribo en el undécimo round, fue Kyoguchi quien probablemente conectó los golpes más grandes y significativos durante toda la pelea.

“Lo siento por no haber logrado un nocaut hoy, este tipo es muy duro,” dijo Olascuaga en el ring después de la pelea.

“Tuve que boxear cuando necesité hacerlo, pensé que peleé de manera inteligente, pero desearía haber hecho más. Fue un peleador divertido con el que competir, tiene corazón, yo tengo honor y respeto por mi oponente.”

Quizás con la conciencia de que estaba entrando en la fase final de su carrera, Kyoguchi se tomó su tiempo para llegar al ring. Caminó lentamente hacia la música de Andre Bocelli, "Por Ti Volare". Absorbiendo todo a su alrededor, Kyoguchi vio esa noche como una oportunidad de resurgir o quebrarse.

Olascuaga, sin embargo, caminó con una energía diferente. Bajó por la rampa al ritmo de "Beat It" de Michael Jackson y flanqueado por su compañero de entrenamiento, la estrella libra por libra Junto Nakatani, esta iba a ser su noche de consagración.

El primer round fue de cautela, pero fue el campeón Olascuaga quien conectó primero: un gancho de izquierda que hizo retroceder a Kyoguchi. El veterano respondió con su propio ataque un momento después, conectando al cuerpo antes de que Olascuaga lanzara un hermoso uppercut de derecha.

Fue Kyoguchi, de Osaka, quien conectó el primer golpe significativo del segundo round, un hermoso derechazo por encima. Olascuaga logró usar su mayor alcance para neutralizar gran parte del trabajo de su oponente durante el resto del round, pero Kyoguchi también regresó para conectar varios grandes golpes al cuerpo.

Ambos hombres mostraron un intenso y venenoso trabajo en el interior para cerrar un segundo round lleno de acción. Ya desde el comienzo, ambos mostraron una energía agotadora.

Olascuaga, de Los Ángeles, quien lucía un nuevo look con el cabello rosa, dio un paso al frente desde el comienzo en el tercero. Ambos intercambiaron jabs fuertes desde media distancia, antes de que Olascuaga invitara a Kyoguchi a enfrentarse en la esquina neutral con la esperanza de atraerlo hacia un golpe importante.

Kyoguchi, en su búsqueda por convertirse en campeón de tres divisiones, parecía ser el más feliz de los dos al regresar a su esquina después del tercer round. Y fue Olascuaga, el campeón, quien aún no había impuesto su voluntad sobre su experimentado oponente.

Kyoguchi comenzó el cuarto con dos jabs sólidos, pero Olascuaga mostró su mejor trabajo de la pelea al conectar un counter uppercut perfectamente cronometrado. Kyoguchi no se detuvo, regresó con un fuerte derechazo y un potente gancho al cuerpo.

Para el quinto round, ya era evidente para todos que Kyoguchi, cuyo currículum habla por sí mismo, tenía el IQ de boxeo para ganar rounds a Olascuaga. Pero el tiempo diría si las ventajas físicas de Olascuaga comenzarían a notarse.

Pero fue el hombre más pequeño, Kyoguchi, quien puso a Olascuaga en la defensiva, avanzando hacia él, y estuvo a punto de conectar un enorme derechazo contra las cuerdas. Sin embargo, el golpe aterrizó limpio momentos después, y otro round se fue al banco del peleador local.

"Ponlo contra las cuerdas," le dijo el entrenador de Olascuaga, Rudy Hernández, antes del sexto round. Pero eso resultó más difícil de lo esperado, ya que Kyoguchi volvió a conectar los golpes más pesados en el centro del ring, uno de ellos un enorme derechazo. Olascuaga intentó recuperarse, pero falló con un golpe de izquierda desmesurado.

Sin embargo, Olascuaga conectó algo importante al final del sexto: un gran derechazo cuando ambos lanzaron golpes al mismo tiempo.

El estadounidense tuvo algo de éxito en el séptimo, encontrando su distancia un poco más fácilmente que en los primeros rounds. Sin embargo, Kyoguchi aún le dio un castigo al conectar varios golpes al cuerpo, y Olascuaga no había aterrizado nada que hiciera que su oponente lo respetara.

Kyoguchi retomó la ofensiva en el siguiente round; esta vez un salto con gancho de izquierda que conectó para el peleador local, enviando otro mensaje a los jueces de que él era el hombre a seguir. Olascuaga solo pudo saltar por fuera en un esfuerzo por conectar jabs y golpes aislados.

En el noveno, Olascuaga estuvo cerca de conectar un gran gancho de izquierda, pero no logró desestabilizar a Kyoguchi. El ex campeón unificado de peso junior mosca volvió a empujar a su oponente contra las cuerdas, conectando varios golpes fuertes al cuerpo en el proceso.

Cuando Olascuaga logró salir de las cuerdas para conectar algo de importancia, recibió un derechazo perfecto que lo conectó en el centro de la cara.

Otro hermoso derechazo siguió para Kyoguchi en el décimo. Olascuaga volvió a ir hacia afuera, lejos de lo que su plan de pelea debería haber sido desde el principio. Más golpes errados con izquierda y derecha, ahora se trataba más de "esperar a golpear" que de "golpear y esperar" para Olascuaga.

Se necesitaban ajustes tácticos completos por parte de Hernández en la esquina para los rounds de campeonato, pero si su peleador sería capaz de implementarlos con solo seis minutos por delante era otra pregunta.

Pero en el 11º round, llegó el quiebre para Olascuaga. Un derribo rápido, causado por un counter de gancho de izquierda en el interior. No desconcertó a Kyoguchi, quien aceptó la cuenta del árbitro con un gesto de cabeza y volvió al frente como si nada hubiera pasado. A pesar de todo, fue un round 10-8 para el visitante.

El último round vio a un Kyoguchi ultra agresivo salir para intentar terminar fuerte. Olascuaga conectó un fuerte derechazo en medio de un intercambio, sin embargo, fue el estadounidense quien conectó los golpes más significativos a lo largo de ese último round, dejando a su oponente desequilibrado en varias ocasiones.

Los jueces vieron suficiente a lo largo de la pelea para darle la victoria a Olascuaga con dos tarjetas amplias de 118-109 y 117-111, mientras que la última tarjeta de 114-113 se decidió por el derribo en el undécimo round. Una derrota devastadora para Kyoguchi, quien parecía aceptar la derrota con gracia en el ring, estrechando la mano de su oponente antes de salir del ring, quizás, por última vez.