Cuando se habla de una “familia boxística” o de una “dinastía en el ring”, generalmente se piensa en linajes que se extienden por generaciones, padres transmitiendo conocimientos a hijos y guiando carreras.

Y luego está Alejandro Silva.

“Ella siempre me motiva y me alienta”, dice Silva sobre su heroína: su esposa, la campeona multipeso Yesica Bopp, durante una pausa en su preparación antes de su combate de peso superwélter este sábado en Colombia frente a Jesús Payán.

“Pasó por tantas cosas… ni siquiera recuerdo cuántas defensas de título hizo. Yo todavía no he peleado a 12 asaltos. Más allá de todos los boxeadores hombres, ella es mi peleadora favorita, y siempre lo ha sido. Nunca imaginé que algún día formaríamos una familia juntos.”

Silva, de 32 años, exboxeador amateur destacado y con un récord casi perfecto como profesional (25-0-1, 20 KOs), comparte su hogar y una hija con Bopp, veterana de más de 40 peleas y pionera del boxeo argentino, siendo la primera amateur de su país y múltiple campeona mundial profesional.

Juntos persiguen un objetivo histórico: convertirse en la primera pareja de esposos campeones mundiales documentada. Y Bopp está totalmente comprometida con esa misión.

“Estamos construyendo a un futuro campeón mundial”, afirmó Bopp, embarazada de su segundo hijo y prácticamente retirada del boxeo profesional. “Más allá de que comparte su vida con una campeona del mundo, él entendió los principios del éxito, y sin esos valores no llegas a ninguna parte. Tiene lo necesario, como persona y como atleta, para ser campeón. Está atravesando las pruebas y obstáculos habituales que lo llevarán, sin dudas, al campeonato.”

El obstáculo inmediato en el camino de Silva será el mexicano Payán (11-1-2, 7 KOs), un rival respetable y sin nada que perder fuera de casa. Pero Silva parece completamente enfocado.

“Sabemos que es mexicano, y ellos son todos guerreros”, dijo Silva. “Pero tuve una gran preparación, con excelentes sparrings. Confío en mí y en mi experiencia. Llevo mucho tiempo en esto, entreno todo el año. Siempre disfruto cuando llega el momento de subir al ring, porque para eso me preparo. Sé que voy a hacer una gran pelea.”

Encontrar compañeros de entrenamiento en su peso no es sencillo en Argentina, pero Silva adquirió confianza durante su estadía de casi tres años en Los Ángeles, donde acumuló valiosos combates de gimnasio.

“Fue una gran experiencia para mi familia. Un cambio enorme dejar todo atrás para perseguir un sueño. Ganamos experiencia tanto en lo deportivo como en lo personal. En cuanto a competir, sentí que estaba al nivel en cada gimnasio al que fui. Incluso participé en un reality show representando a Los Ángeles; me eligieron capitán del equipo aunque no hablara el idioma. Fue increíble y me ayudó a crecer como persona y como atleta.”

Su progreso en EE.UU. llamó la atención de Patrick Ragan, de Westside Promotions, quien ahora maneja su carrera.

“Alejandro es un boxeador de presión con poder en ambas manos, grandes habilidades y una alta inteligencia boxística”, dijo Ragan. “Todos sabemos que Argentina ha producido grandes campeones. Creo que el nombre de Alejandro estará en esa lista. Estoy convencido de que tendrá una oportunidad mundial hacia fines de 2026.”

Silva valora esa visión, pero mantiene los pies en la tierra.

“Intento ser paciente y no desesperarme”, explicó. “Cuando me mudé a EE.UU., lo hice con el objetivo de una chance mundial o un buen contrato, pero no se dio. Ahora en Argentina firmé con Westside Promotions. Mi carrera está en sus manos: ellos deben buscarme las mejores peleas y las oportunidades de título que persigo desde que soy profesional.”

Sea cual sea el futuro, Silva planea mantenerse en las 154 libras. A pesar de medir cerca de 1,83 m, asegura que aún puede dar el peso.

“En el reality peleé en 164 libras, dos divisiones por encima, y me sentí muy fuerte. Nunca tuve problemas de peso. Dar 154 exige esfuerzo, pero trabajo con un gran nutricionista, Alejandro Ardiles, desde mi debut. Él decidirá cuándo no pueda dar más la categoría. Por ahora no hay problema. Además, la experiencia peleando en 160 y más me dio confianza para soportar castigo.”

La gran incógnita: ¿será Payán capaz de soportar lo que Silva tiene para ofrecer?

“Espero que entrene duro, porque yo estoy listo para la guerra y para demostrar que estoy preparado para ser campeón del mundo”, afirmó Silva. “No diré si será por nocaut o puntos, nunca busco el nocaut, pero pueden estar seguros de que voy a buscar la victoria.”

Tras haber compartido entrenamientos con ídolos como Brian Castaño y Floyd Mayweather, y haberse curtido en el duro doghouse sparring de California, Silva asegura que solo necesita seguir el camino trazado junto a su compañera de vida.

Y su esposa lo respalda plenamente.

“Tiene un gran equipo, tanto profesional como familiar”, dijo Bopp, candidata segura al Salón de la Fama. “Sabe lo que es ser campeón porque lo vivió conmigo, pero en hombres es distinto. Está en una división de élite, y como latino sabe que debe enfrentar al sistema para lograr un título. Pero vamos con todo en su plan. Sé que es solo cuestión de tiempo para que traiga un cinturón a nuestro país.”

Silva, sin embargo, no se ilusiona con igualar la grandeza de Bopp.

“Nunca imaginé tener que estar a su nivel, porque sería como pensar que debo estar al nivel de Mayweather, [Terence] Crawford o Canelo [Álvarez]. Ese es el nivel en el que la veo a ella. No cualquiera puede decir que fue campeona del mundo durante 13 años. Para mí, es una figura enorme en el boxeo.”