Abdullah Mason es especial. Incluso si no eres el mayor fanático de su estilo, es difícil negar el nivel que posee este joven que acaba de cumplir 21 años.

Antes de celebrar su cumpleaños este pasado fin de semana, Mason (18-0, 16 KOs) ni siquiera tenía edad legal para tomarse una copa en un bar, pero siempre ha tenido el talento suficiente para salir al ring y dominar. La noche del sábado no fue la excepción.

El mexicano Carlos Ornelas, quien aceptó la pelea como reemplazo de última hora, hizo lo que pudo para estar a la altura, pero fue superado claramente en prácticamente todos los aspectos. La desigualdad se tradujo en una victoria por nocaut técnico en el sexto asalto, en el Palms Casino de Las Vegas, Nevada.

Mientras Mason castigaba a su oponente, su promotor de toda la vida, Bob Arum, observaba sonriente desde su asiento en primera fila. Arum ha visto de todo en este deporte. No solo grandes peleadores, sino peleadores especiales. Y sí, hay una diferencia.

Un gran boxeador puede ganar títulos, ser competitivo con cualquiera y mantenerse en la élite. Pero un boxeador especial no solo hace eso, sino que lo hace con una naturalidad y contundencia que lo convierte en una figura imprescindible. Se vuelven rostros reconocibles, estrellas mediáticas, nombres que trascienden el cuadrilátero. Y, según Mason, Arum ya lo ha colocado en esa categoría.

“Bob me dijo justo después de la pelea: ‘Mantente enfocado y serás la cara del boxeo’”, reveló Mason en entrevista con Sean Zittel.

Conquistar un título mundial en una división tan profunda y competitiva como la de 135 libras sería un paso importante. Actualmente, los cinturones están repartidos entre figuras como Gervonta Davis, Shakur Stevenson, Vasiliy Lomachenko y Keyshawn Davis, quienes dominan el peso ligero.

Mason no oculta su ambición. Le incomoda verlos en la cima, porque desea exactamente lo que ellos tienen. Cree firmemente que sus sueños de campeonato no tardarán en hacerse realidad. Pero alcanzar la gloria no es su único objetivo.

Cuando llegue el momento, Mason planea arrebatar uno de esos títulos, y está convencido de que no solo se establecerá como campeón mundial a largo plazo, sino que también se convertirá en una de las figuras más reconocibles del deporte a nivel global.

“Me veo como la próxima cara del boxeo.”